El Mundo dice que "el PP empuja a Rajoy a no esquivar el debate a cuatro". ¿El PP? ¿Y quién es el PP para mandar algo a Rajoy? El editorial pide peras al olmo. "Unos debates sin demagogia ni populismo". Espera, ahí es nada "no el lanzamiento de eslóganes preparados por sus asesores sino propuestas para solucionar los graves problemas que tiene este país". Arcadi Espada dice que "fue penoso escuchar a Rajoy que los debates no le apetecen a nadie con una voz pastosamente encajada entre el hastío y la pereza", pero le comprende. "En la última campaña electoral al señor Rajoy le giraron la cara de un salvaje puñetazo", y claro, a ver quién es el guapo que repite. Victoria Prego echa un cable al PSOE, que anda de capa caída. Anuncia que Rajoy, como Pablo Iglesias, "estaría dispuesto a ofrecer a Sánchez una Vicepresidencia en su gobierno. Ese ofrecimiento de Rajoy tiene mucho más calado que el de Iglesias (…) Una oferta que el PSOE no debería rechazar. Porque ellos saben que, de juntarse con Podemos en un gobierno, sería inexorable que el partido empiece a perder terreno, iniciativa e identidad".
El País abre nacional con que "Sánchez e Iglesias reviven la pugna entre las ideologías de izquierdas". Josep Ramoneda regaña a Sánchez por no haber pactado con Podemos y los independentistas. "Sánchez no tuvo el coraje de dar el paso y ahora se enfrenta a las urnas en la peor de las situaciones posibles: es difícil saber qué se vota, si se vota PSOE". Ten cuidado, Ramoneda, no es aconsejable llevarle la contraria a Cebrián. Antonio Elorza, al contrario, regaña al PSOE por la "ceguera" de extender su rechazo a Rajoy "a todo lo que sea el PP, y para todo tipo de relaciones". Porque "en el caso de Podemos estamos ante el invento del lumpenprogesismo, con su caudillo al frente". Pobre Sánchez, le caen por todos lados, haga lo que haga.
ABC dice que "los partidos limitan los cambios en las listas para evitar fuegos internos". Gabriel Albiac se pregunta "por qué seguimos votando". Se nota que es filósofo. "Es por odio", dice. "Tras la burla sufrida durante cuatro meses, el ciudadano sueña sólo ya con vengarse. De aquel a cual más odie. Dejándolo sin sueldo. No votará a favor de nadie. Votará para matar a aquellos en quienes ve a sus peores enemigos". Según Isabel San Sebastián el que tiene más papeletas es Sánchez. "Sánchez está solo y se sabe abocado a morir como chivo expiatorio en al altar de la derrota (…) La muerte es segura". Mayte Alcaraz cuenta que los populares "sondean en los reservados más chic de Madrid a sus amigos socialistas por la posibilidad de que el PSOE se abstenga en la investidura de Rajoy". La cosa es "botar a Sánchez y no bloquear un gobierno constitucionalista formado por PP y Ciudadanos. ¿Y qué ganarían los socialistas con esta jugada, además de reivindicarse como el partido institucional y comprometido con la estabilidad de España?", dice zalamera. Pues nada más y nada menos que "emprender una estrategia de oposición dura, a pide calle, para retomar los espacios socialistas y sindicales robados por Pablo Iglesias". Mayte, no va a colar. Son socialistas, no tontos.
La Razón dice que "Podemos propone gastar más en su campaña y que el resto reduzca hasta un 75%". "Podemos pedirá un gasto límite de tres millones, lo que elevaría el suyo del 20-D, mientras obligaría al PP a una reducción del 75%; al PSOE del 66% y a C's del 25%". Pese a este titular el editorial no tiene una mala palabra para Podemos. "La predisposición de los partidos a ahorrar es positiva con alguna llamativa excepción. Sorprende que Ciudadanos se desmarcara ayer con que no ve necesario reducir su gasto en la campaña y apuntar a que lo hagan PSOE y PP". Esta obsesión va a acabar mal, te lo digo yo.