El presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, ha pedido la expulsión de Cataluña de la Guardia Civil y la Policía Nacional. La administración catalana ofrece datos extraordinarios sobre el número de heridos en las cargas policiales del 1-O. Si el domingo eran más de ochocientas personas las que habían sufrido lesiones de diversa índole, este lunes la cifra amenazaba con superar el millar. Incluso se deslizan acusaciones de agresiones sexuales durante los "asaltos" a los colegios electorales. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es la portavoz en ese "frente".
En su comparecencia tras la reunión extraordinaria del gobierno catalán, Puigdemont admitió que a pesar del elevado número de heridos, se habían presentado 73 denuncias. No obstante advirtió de que en las próximas horas y días habría más. Cuatro personas fueron hospitalizadas. El más grave es un hombre de unos setenta años que sufrió un infarto. Un agente de la Policía Nacional participó en los inmediatos primeros auxilios.
Las arengas de los dirigentes separatistas apuntan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado al tiempo que heterogéneos grupos de ciudadanos se manifiestan frente a las comisarías y casas cuartel que aún quedan en Cataluña para expedir el documento nacional de identidad y alojar a los agentes del Instituto Armado que realizan tareas de vigilancia aduanera en puertos y aeropuertos y de salvamento marítimo y rescates de montaña, entre otras funciones.
Insultos y acoso a los policías
También se acosa a los policías y guardias desplazados a Cataluña ante la sedición de la Generalidad. El propietario de un hotel de Calella (Barcelona) donde se alojaba un grupo de guardias civiles ha cancelado el contrato con el Ministerio del Interior y los agentes han tenido que cambiar de residencia temporal. Tras un agresivo 'escrache' el domingo por la noche y ante la pasividad de los Mossos d'Esquadra, los agentes de la Guardia Civil, unos de uniforme y otros de paisano, formaron su propio cordón de seguridad y disolvieron el tumulto sin que se registraran heridos. Este lunes por la mañana, la alcaldesa encabezaba la manifestación para pedir la expulsión del pueblo de los agentes.
Al tiempo, medio millar de individuos se ha instalado desde el mediodía del lunes frente a la comisaría de la Policía Nacional en la Vía Layetana de Barcelona. Han cortado el tráfico y gritan consignas e insultos contra las "fuerzas de ocupación". Unos cuantos antidisturbios de los Mossos se interponen entre los manifestantes y los pocos policías que custodian el edificio, dedicado a tareas administrativas. En las calles laterales hay una discreta presencia de furgonetas del Cuerpo Nacional de Policía atentos ante el elevado riesgo de que los Mossos reciban la orden de abstenerse de actuar y dar carta blanca a los violentos.
Paros en el Barça y Espanyol
Miles de estudiantes de bachillerato y universitarios tomaron durante buena parte del día la plaza de Cataluña en medio de un ambiente de botellón y con estridentes equipos de megafonía que alternaban los hits del rock català con música latina. Al mediodía hubo concentraciones ante los ayuntamientos, paros de quince minutos en protesta por la actuación policial y unos quinientos empleados de una entidad cortaron la Diagonal a la altura de su sede corporativa. Este martes Cataluña quedará paralizada por una huelga general de la que participa el propio gobierno regional. El arzobispado de Barcelona y el Monasterio de Poblet se suman y también cierran. Tampoco se trabajará en el Liceo y el Espanyol cancela la actividad del fútbol base, el primer equipo entrenará a puerta cerrada y sus jugadores no harán declaraciones. En el FC Barcelona el paro será total.
Reacción de la bolsa
La bolsa acusa el descontrol en Cataluña y los bancos catalanes encabezan las pérdidas, cifradas en torno al cinco por ciento. Tienen a punto los dispositivos burocráticos para radicarse en Madrid y mantener el acceso al Banco Central Europeo. Entre tanto, TV3 emite imágenes de los miembros del Gobierno catalán saludando a un helicóptero en el Pati dels Tarongers del palacio de la Generalidad y asegura que volaba más bajo de lo normal. Los medios separatistas difunden que Puigdemont cambió de coche en un túnel para esquivar la supuesta vigilancia aérea a la que habría sido sometido para impedir que votara. También Oriol Junqueras denuncia un seguimiento policial para impedir su derecho a decidir que logró franquear gracias a sus escoltas y un grupo de bomberos de la Generalidad por el referéndum.
Mediación internacional
Puigdemont pide una mediación internacional, pero cuida el lenguaje. La Generalidad no proclamará la independencia. Será el parlamento cuando el escrutinio del referéndum "vinculante" sea definitivo. El "sí" a la república ha ganado por un noventa por ciento. Hay que guardar las formas y el recuento pudiera no estar listo hasta dentro de unos días. Incertidumbre sobre la convocatoria del próximo pleno en el Parlamento de Cataluña. La declaración de independencia está sobre la mesa. Puigdemont combina su "firme compromiso de aplicar los resultados" con una propuesta de mediación ambigua mientras el lobby de corresponsales europeos tratado a cuerpo de rey por el "Diplocat" –la "diplomacia" de la Generalidad– acosa al portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, en rueda de prensa. Casi nunca una burocrática comparecencia europea había tenido tantas intervenciones extemporáneas. Ante una de las preguntas de un periodista que hacía su aparición por primera vez en la sala sobre la violencia policial, Schinas respondió con un "gracias por sus declaraciones".
Con este cuadro, Ciudadanos pide la aplicación del artículo 155 de la Constitución sólo para convocar elecciones y el PSOE pide a Rajoy que "negocie" con Puigdemont. La Generalidad, mientras, jalea la presión contra la Guardia Civil y la Policía Nacional y genera un clima insurreccional con el apoyo de las entidades separatistas y la CUP, cuyos parlamentarios exigen la declaración inmediata de la república dado que el discurso contra las fuerzas policiales lo ejercen convergentes y republicanos.