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Landaluce compara el efecto de decir 'voy a votar Vox' con Alcohólicos Anónimos

Andalucía está de estreno y Vox sigue siendo la estrella principal del cambio.

El Mundo dice que "Andalucía estrena la alianza entre PP, Ciudadanos y Vox". El periódico rebaja su beligerancia hacia el partido de Abascal. "No será una legislatura fácil, en una cámara polarizada donde el populismo de izquierda y derecha tensarán los debates y será obligado buscar pactos variables, según materias. El pluripartidismo ha llegado para quedarse. Andalucía está llamada a ser el laboratorio de un nuevo ciclo en España". Y a Susana más le valdría calmarse, menudo espectáculo está dando, fuera de sí. Además, como dice Emilia Landaluce "en muchos ámbitos nombrar a Vox ya no es mentar a la bicha sino que tiene un efecto catarsis". Cuando alguien tiene la osadía de decir que va a votar a Vox "ah, pues yo también", responde otro. Entonces, se produce una escena similar a esas reuniones de Alcohólicos Anónimos que se ven en las películas. Muchos también van a votar a Vox y cada uno tiene motivo", pero a todos une un denominador común, que están hasta coronilla de la superioridad de la izquierda, del autoritarismo de Podemos, de la dictadura ultraizquierdista. En fin, que como dice Raúl del Pozo, "hay un inmenso país dispuesto a darle un escarmiento al POSE (…) En las elecciones que se aproximan cada urna será una caja de serpientes acechando al voto socialista". Y cuanto más tarden en convocar, peor será.

El País dice que "el PP empuja a Cs a acepar los votos de la extrema derecha". Tampoco hay que ser tan remilgado, el POSE acepta los votos vengan de donde vengan. De la extrema izquierda, de los separatistas, hasta de los colaboradores de ETA, y ahí los tienes sin ponerse ni mijita coloraos. Dice el editorial que "es tan legítimo ese pacto andaluz como un Gobierno que logra la investidura por mayoría absoluta como otro que consigue los votos para sacar adelante una moción de censura". Bueno, no exactamente. La moción de censura se hizo con un objetivo y la promesa de elecciones. Lo que no es legítimo es pretender gobernar, legislar e imponer decretos sin pasar por las urnas. No, no es igual de legítimo. Continúa el editorial intentando criminalizar a Vox, "Muchos de los postulados de Vox son no solo contrarios a la Constitución, sino a los principios de solidaridad e igualdad sobre los que se sustenta el marco legal europeo". Pues si los postulados de Vox son contrarios a la Constitución, ni te cuento los de los socios de Sánchez. Separatistas que no reconocen la Carta Magna, que están pendientes de juicio por dar un golpe de Estado saltándose su propio Estatuto, podemitas que quieren cargarse la monarquía parlamentaria y los amigos de ETA con los que cenan en Nochebuena. Vamos, que está el PSOE para dar lecciones.

ABC dice que "Sánchez sigue ocultando las 21 demandas que le exigió Torra". ¿Las ha declarado secreto de estado? Y es que, como dice Bietio Rubido, Sánchez le ha cogido vicio a declarar secreto de Estado lo que le sale de ahí mismo. "Sánchez debe pensar que esto es su finca particular. Le tomó gusto al secreto y ahora estamos esperando saber qué se esconde detrás de tanto sigilo" por el uso de recursos públicos para sus cositas particulares. A Hermann Tertsch se le ve contento. "Los españoles están mucho más hartos de lo que creen quienes sólo consumen alfalfa mediática izquierdista y cada vez son más inmunes a la idiotización de la consigna televisiva", que La Sexta ya no es lo que era. "La izquierda española está en pánico porque ya existe un voto nacional transversal que puede hundirla para mucho tiempo". Si es que se han pasado de la raya, te lo dijimos Pedro, mira que te lo dijimos.

La Razón titula "Vía andaluza: PP, Cs y Vox ensayan su primer pacto". Dice Marhuenda que no lo tendrán fácil. "El mismo espectáculo de la conformación de la Mesa de la Cámara autonómica, con una extrema izquierda vociferante que dio la medida exacta de su intolerancia congénita, debería poner sobreaviso a los futuros gobernantes sobre la colaboración que pueden esperar de la oposición parlamentaria". La izquierda siempre se pone vociferante cuando no ganan ellos. Ahora vendrán las movilizaciones en la calle. Aunque dice Marhuenda que su rabieta no se debe a Vox, "sino a las malas perspectivas electorales, tanto a nivel general como local, que trae asociado". En resumen, que están acojonados. Cuenta La Razón que "Susana Díaz no cambia" y que va a estar dando la matraca con "el pacto de la vergüenza". Con el pacto que tiene su jefe Pedro suena a broma del día de los inocentes.

La Vanguardia dice que "Vox ya quiere condicionar la investidura en Andalucía". "El acuerdo de PP y Cs sienta a la ultraderecha en la mesa del parlamento". Oh, ah, qué horror. Cuando el PSOE sentó a la ultraizquierda en varios ayuntamientos y prácticamente en la Moncloa no hicieron tantos aspavientos. En fin, cosas como esta es lo que llena las urnas de votos a Abascal.

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