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El ridículo de Irene Montero y Belarra ante la guerra: "Con la barbas de Fidel vamos a hacer una escoba..."

Zelenski recorre el mundo por videoconferencia. Ayer estuvo en el Capitolio y recibió grandes aplausos y una palmadita en la espalda.

Zelenski recorre el mundo por videoconferencia. Ayer estuvo en el Capitolio y recibió grandes aplausos y una palmadita en la espalda.
Irene Montero se reúne con un grupo de mujeres en un cabildo feminista en Santiago de Chile. | EFE

El Mundo

"Biden desconfía de la negociación con Rusia y armará más a Ucrania". Mira que desconfiar de Putin. Zelenski estuvo ayer en el Congreso de EEUU pidiendo socorro. Fue muy aplaudido. Está recibiendo más aplausos que cuando era cómico. Aplaudidme menos y ayudadme más, dirá el héroe emulando a Adolfo Suárez.

Como dice el editorial, Zelenski clamó en balde. "Porque tan acuciante es el sufrimiento del país agredido, que se defiende en inferioridad de condiciones militares, como verosímil es el peligro de escalada bélica mundial en el caso de que la declaración de zona de exclusión aérea obligara a las defensas de la OTAN a derribar un caza ruso que incursione en cielo ucraniano. Eso trató de explicar Biden a Zelenski, cuyo coraje es un ejemplo para el mundo libre". Aunque está más solo que la una.

En cuanto a lo que ofreció ayer Putin a cambio de dejar de asesinar ucranianos, dice Rosell que es "una paz falsa, además de una afrenta a quienes dieron su vida por la causa de la libertad, no es una paz duradera. Es imposible creer en la palabra de Putin después de lo que ha hecho. ¿Qué garantías tendrán los ucranianos de que su integridad territorial será respetada? ¿Y desde cuándo el derecho de una democracia soberana a elegir su propio destino no depende de la libre voluntad de su pueblo sino del capricho esencialista de un tirano nostálgico del imperialismo soviético? ¿Es justo imponer a los ucranianos la renuncia a ser europeos de pleno derecho, acreedores al ingreso en la Unión por la que han entregado su vida, por evitar enfadar más a Putin?". Pues no, pero hablar de justicia en estos momentos es una broma pesada.

"Al margen del apaño diplomático que pretenda tras su crimen, Putin no puede quedar sin castigo, empezando por su puesta a disposición de la Corte Penal Internacional. No habrá paz para Europa mientras Putin conserve su poder. Una cosa es vetar el paraguas de la OTAN para impedir la escalada nuclear y otra que el sacrificio de los ucranianos no obtenga premio sino castigo adicional". A ver quién es el guapo que le echa el guante.

Dice Rafa Latorre que "la encrucijada es tan terrible que da pavor sólo enunciarla. El mundo libre ha podido escuchar desde la colina del Capitolio el grito desesperado de un hombre. Zelenski pide ayuda", una ayuda concreta. "¿Es demasiado pedir que cierren el cielo [de Ucrania] para salvar la vida de las personas?". Pues parece que sí.

"El mundo libre quiere que el tiempo le derrote al tirano", pero "la única forma de ganar tiempo es mediante el sacrificio humano de los ucranianos". Así que ya lo saben los ucranianos. Les aplaudirán mucho pero nadie les va a ayudar. "Ucrania no pertenece ni a la OTAN ni a la Unión Europea, pero es la única que se está dejando la vida por pertenecer a ellas. La realpolitik sabe vivir con las paradojas. El mundo libre está en una encrucijada diabólica. Toda la razón moral está de parte de Zelenski y de su pueblo masacrado y puede que eso no sea suficiente para satisfacer sus demanda desesperada". El precio a pagar es demasiado alto, y total, ni a EEUU –ni aquí– llegan las bombas.

El País

"Las negociaciones se abren paso entre las bombas". Eso no es negociar. Es como si entras en un banco, le pones la pistola en la cabeza al cajero para que te dé el dinero, te lo da, y dices que el cajero ha sido muy amable y ha cooperado.

"Tras haber engañado a todos en las semanas previas a la invasión, Putin carece de cualquier credibilidad. Pero hoy no puede presentarse como el triunfador que soñó hasta el 24 de febrero ni la resistencia ucrania se ha desmoronado, sino todo lo contrario. La comunidad internacional tampoco baja la guardia y mantiene la confianza en las sanciones", dice el editorial. Vamos, que es una cuestión de tiempo.

"Detener la masacre debe seguir siendo la primera prioridad y a esa expectativa hay que agarrarse". Putin disfruta matando gente, qué se le va a hacer.

"La extorsión militar que Rusia ha impuesto a Ucrania añade dramatismo a lo que nunca podrá entenderse como un acuerdo libre entre las partes".

Berna González Harbour dice que "en cuestión de corazones, Zelenski ha ganado aunque muera y Putin ha perdido aunque venza, pero eso no nos va a consolar. Porque en materia bélica, en cuestión de territorios y potencias, Rusia ya ha impuesto su bota a las puertas de la OTAN". Y a partir de ahora, viendo que el león en realidad es un gatito lindo hará lo que le venga en gana amenazando con amargarnos nuestras cómodas vidas si le chistamos.

ABC

"Sánchez retrasa las ayuda y aboca a un parón de la producción". Que vuelva usted en quince días, dice María Jesús Peláez.

Explica Ignacio Camacho que "éste no es un Gobierno para una crisis bélica como no lo fue para afrontar una pandemia". Hay que admitir que a Sánchez no le ha tocado una legislatura fácil. "Éste era un Gabinete de propaganda y buen rollito, de concesiones al separatismo envueltas en la retórica de la convivencia, de antifranquismo retroactivo, de gasto subvencional, ecofeminismo, transición energética y demás banderas de progresía posmoderna". Y le ha tocado una pandemia feroz y una guerra salvaje. Sin mencionar el volcán y el desastre económico. A la espera de la invasión zombi, "el sanchismo resulta inoperante a la hora de enfrentarse a circunstancias graves porque carece de base política y de equipaje técnico para solventar contrariedades. Su populismo es incompatible con los problemas reales y fracasa en cuanto sufre una prueba de contraste, sea un colapso sanitario, una inflación galopante o cualquier aprieto que exija respuestas más eficaces que la habitual operación de marketing". Como no hay precedentes de tantas desgracias seguidas, no podemos comparar.

A Luis Herrero le han forzado sus hijos a escribir sobre la guerra. O sobre Putin. "Mucho me temo que nadie sepa a ciencia cierta cuál es la verdadera naturaleza del desafío al que nos enfrentamos. La clave del despiste general, según la teoría predominante, radica en la imprevisibilidad de la conducta del presidente ruso. No está claro que tenga límites y, si los tiene, pocos saben cuáles son. Los expertos forenses rastrean los hechos biográficos de su infancia para elaborar un perfil psicológico fiable. No es un psicópata. Es megalómano, ególatra y narcisista. Quiere pasar a la historia como el restaurador de un gran imperio. Basa su poder en la irradiación del miedo. No se permite muestras de debilidad. Mira con desdén a sus adversarios, a quienes considera débiles y corrompidos. No claudicará". El que le ha salido rana es Zelenski, el único que le ha hecho frente.

"Su ego le impide huir con el rabo entre las piernas. A lo peor prefiere el hongo nuclear a la ignominia de la derrota". Así que apunta pincho de tortilla y caña a que el final de este drama no dependerá de lo que quiera hacer Putin, sino de lo que las circunstancias -el hambre de su pueblo, la cordura de sus generales, la ambición de China o el lodo de Ucrania- le impidan hacer". Puf, ¿hay alguien más ahí?

La Razón

"Rusia y Ucrania negocian un plan de neutralidad para frenar la guerra". Qué titular tan injusto. No se puede llamar negociar a una imposición bajo amenaza de muerte. Y esto no es una guerra, es una invasión en la que están muriendo son los civiles ucranianos. Ucrania no está matando rusos en Moscú, que se sepa.

"No cabe duda de que cualquier noticia que alumbre la posibilidad de poner fin a esta matanza terrible va a ser recibida con esperanza por una opinión pública europea volcada con el sufrimiento de los ucranianos, pero, por duro que resulte decirlo, hay que mantener la guardia alta y no caer en los señuelos de paz que pueda lanzar el presidente ruso, Vladimir Putin", dice el editorial.

Menos mal que siempre tenemos a Podemos para echarnos unas risas. Confiesa Julián Cabrera "que cuando escucho determinadas afirmaciones lapidarias relativas a la invasión rusa en boca de dirigentes de Unidas Podemos –el 'conflicto'– me recorre la espalda una sensación entre entrañable y melancólica de las que nos trasladan a tiempos de juventud asamblearia de facultad o de bachillerato para ser más exactos… 'con la barbas de Fidel vamos a hacer una escoba, para barrer a los yankis de las bases españolas…' tiempos en los que se nos erizaba el vello con buenismos de paz y amor que hoy de vez en cuando vienen a alegrarnos el rato. Sí, hay veces que son conmovedores. Y ya, para colmo del descojone general, las niñitas Irene y Belarra piden "acoger a los refugiados con 'una mirada feminista'". Si no fuera porque nos cuestan un pastizal serían entrañables.

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