El Gobierno ha aprobado este martes su última convocatoria de empleo público. Dentro de ella está incluida las que dan acceso a las Fuerzas de Seguridad del Estado, que tienen auténticos agujeros negros en sus plantillas desde hace años. No en vano, los últimos datos facilitados por el Ministerio del Interior señalaban que entre ambos cuerpos había más de 22.000 plazas que están pendientes de cubrir.
Tanto en la Policía Nacional como en la Guardia Civil esperaban que el número de plazas de ingreso a ambos cuerpos fuese en la misma línea que en los últimos años, cuando se ha superado la tasa de reposición para tratar de reforzar las plantillas y superar unos problemas que se acrecentaron con la crisis económica de la pasada década. Pero los números aprobados para la Guardia Civil no han gustado en el seno de la institución.
El Gobierno ha aprobado 4.992 plazas para ambos cuerpos, pero la división no es equitativa, como sí lo es el agujero negro de sus plantillas –la Policía tiene ocupado el 85,49% de su catálogo de puestos de trabajo y el Instituto Armado el 88,94%–. La Policía Nacional tendrá 2.906 plazas mientras que la Guardia Civil se tendrá que conformar con 2.086 plazas. Más de 800 plazas de diferencia.
Pero a esas plazas, para ver realmente la mejora que supondrá en las plantillas, hay que quitar las que son para promoción interna, pues lo único que harán será cambiar de escalafón dentro del cuerpo a los agentes que se presenten. La Policía tendrá 300 plazas de promoción interna por las 350 de la Benemérita, lo que no hará sino ampliar la diferencia real de nuevos ingresos entre ambos cuerpos.
En términos reales, la Policía Nacional reforzará su plantilla con 2.606 efectivos, lo que supone un aumento respecto a 2021 del 10,77 por ciento (entonces fueron 2.328 plazas de acceso libre), mientras que la Guardia Civil se tendrá que conformar con 1.736 agentes nuevos, teniendo un descenso del 16,98% respecto a las plazas nuevas de ingreso de las que dispuso el año pasado.
Esto supone que la Guardia Civil tendrá la cifra más baja de incorporaciones desde el año 2016. El año pasado contó con 2.091 plazas (355 más que este año), en 2020 con 2.154 (418 más), en 2019 con 2.210 (474 más), en 2018 con 2.030 (294 más), en 2017 con 1.801 (65 más) y en 2016 con 1.734 (2 menos que este año). En 2015 y anteriores la cifra de plazas fue inferior al millar, no cumpliendo la tasa del 100% de reposición y haciendo disminuir la plantilla.
Estas cifras han generado malestar en el Instituto Armado y las asociaciones profesionales no han tardado en denunciar la situación. La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha denunciado que la cifra representa "un número insuficiente" de plazas, que "no soluciona el problema de personal" que hay dentro de la institución y que "discrimina" a la Benemérita respecto a la Policía.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado que "volvemos a ser el cuerpo policial más castigado por el Ministerio del Interior ante el permisivo y adormecido Generalato", ha afirmado que las plazas "no suplen las necesidades de personal que hay dentro de la plantilla" y ha recordado que en "las unidades de la España vaciada tienen dificultades enormes para gestionar el servicio y conciliar la vida profesional y familiar".