
Una de las últimas operaciones policiales contra el terrorismo islamista se llevó a cabo el pasado febrero en un barrio de Badalona donde español y catalán son idiomas prácticamente ajenos a sus habitante, de origen magrebí en su mayoría. La Policía Nacional desarticuló una célula que traficaba con petróleo libio y acogía a terroristas heridos que eran atendidos en hospitales privados de Madrid y Barcelona. El jefe de la trama terrorista había creado una red de empresas de importación de productos árabes cuyos ingresos contrastaban con su falta de actividad.
El titular de las sociedades era quien organizaba el tráfico ilegal de petróleo que financiaba las actividades terroristas. Los envíos de dinero se llevaban a cabo a través de jóvenes estudiantes libios en España. La detención de un joven en el aeropuerto de Valencia con unos 130.000 euros en la maleta fue el origen de la operación Kital. Tirando de ese hilo se llegó hasta el barrio de la Salud de Badalona y la ya tristemente célebre calle Calderón de la Barca, con una prolífica cantera de terroristas.
Clínicas privadas
Una ciudadana marroquí era la encargada de abonar las cuentas en las clínicas privadas, que aseguran que la embajada libia se ocupaba de los trámites, por lo que no sospechaban que se tratara de "combatientes" de grupos terroristas. Los heridos enviados a España pertenecían a las organizaciones Ansar al Sharia y a los Mártires del 17 de Febrero, vinculadas al Estado Islámico.
La Policía Nacional ha puesto el foco en la zona y advierte sobre la peligrosidad de algunos de los elementos detenidos. Hace dos años fueron arrestados tres hermanos marroquíes pertenecientes a Hizb Ut Tahrir al Islami (el Partido de Liberación Islámica), un grupo que preconiza un califato mundial. Los hermanos Khalid L., Hicham L. y Ben Gacem L. actuaban como captadores y adoctrinaban a jóvenes del barrio. Uno de esos muchachos murió durante un bombardeo en Siria. Una vecina del barrio decidió denunciar a los hermanos para evitar más muertes de chicos de la zona. El propósito de estos individuos no sólo era enviar jóvenes a Siria o Irak, sino que también planeaban atentados en España.

