
EH Bildu tiene claro desde hace muchos años que su estrategia tiene que pasar en estos momentos por seguir el ejemplo separatista catalán. Pedro Sánchez lo sabe y las conversaciones entre el PSOE y Bildu han fijado ya el avance en el País Vasco hacia lo que denominan ambos como una mesa bilateral de la que surja un nuevo Pacto de Pedralbes pero a la vasca: un documento donde se recojan cesiones paulatinas del Gobierno nacional que permitan el avance del separatismo hasta llegar a un referéndum de ruptura. Y Sánchez no sólo es favorable a ello, sino, también, a que el interlocutor principal en esa mesa no sea su socio clásico y teóricamente actual en el Gobierno del País Vasco -el PNV-. Sánchez se ha comprometido ya a que las negociaciones sean prioritarias con los proetarras. Con Bildu. Con Otegi.
El plan para arrebatar al PNV el protagonismo político en el País Vasco está totalmente en marcha. Cuenta con el respaldo del PSOE, el apoyo personal de Pedro Sánchez y, por supuesto, se doblega a la exigencia de los proetarras.
Desde Bildu tienen claro que el plan tiene que acabar en "el derecho a decidir de Euskal Herria", como llevan defendiendo desde antes de la llegada de Pedro Sánchez al poder. De hecho, por eso los proetarras, han tenido un papel igualmente protagonista en el diseño de las negociaciones entre los separatistas catalanes y el PSOE: porque saben que todo el terreno ganado por ERC es camino recorrido por ellos. No se puede olvidar que ERC y Bildu tienen ya incluso un pacto expreso en el Congreso de los Diputados para hacer evolucionar sus reclamaciones y políticas de forma conjunta. Traducido: son dos caras de una misma moneda.
En Bildu nadie oculta que el respaldo a Pedro Sánchez es un apoyo condicionado a este avance hacia un referéndum rupturista. Es más, fuentes conocedoras de las conversaciones entre socialistas y proetarras, afirman que ese punto siempre ha sido explicitado ante los equipos de Pedro Sánchez y en base a esta exigencia se ha ido tejiendo la relación entre ambos partidos.
Pero Bildu no quiere sólo eso. También quiere desplazar al PNV. Y el pacto incluye el predominio de los proetarras en esas negociaciones, de forma que el protagonismo clásico del PNV pase a un segundo plano, hasta perder el control del Gobierno vasco.
El plan, de hecho, no concluye con ese referéndum. Concluye con un Gobierno vasco de Bildu que pueda protagonizar ese referéndum e iniciar un intento de anexión de Navarra, gracias al avance de su presencia y fuerza también en la Comunidad Foral. Por eso, igualmente, el PSOE cuenta ya con Bildu en su gobernabilidad de Navarra.
Los tiempos pueden ser el único obstáculo de los proetarras. Porque Sánchez ha dado el visto bueno a todo el resto.
Y, por muchas voces supuestamente discordantes en el PSOE que aparenten estar en contra de este plan, lo cierto es que la inmensa mayoría son conscientes de que los pactos con Bildu pasan por todas estas exigencias y no han presentado un rechazo firme y serio a la alianza con lo proetarras.
El grupo parlamentario de EH Bildu ha oficializado ya abiertamente en varias ocasiones su compromiso "activo" de "empezar a caminar, con quienes quieran, para conseguir que Euskal Herria pueda ejercer su derecho a decidir", con el planteamiento de una "hoja de ruta" que permita a recorrer este camino "de forma efectiva". "El Estado no es nadie para negarnos nuestro derecho a poder votar, a poder decidir", han defendido en múltiples ocasiones.
Ahora ya cuentan con un aliado para avanzar en esa dirección: Pedro Sánchez.

