Nicolás Redondo Urbieta, histórico líder del sindicato UGT y padre del que fuera líder socialista Nicolás Redondo Terreros, murió este miércoles a los 95 años de edad, según ha comunicado el propio sindicato este miércoles, que se ha referido a él como una "figura imprescindible del sindicalismo en España durante la dictadura, la transición y la democracia"..
Su fallecimiento ha provocado numerosos mensajes de condolencias desde el mundo sindical y político, entre ellos de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, o la cuenta oficial del PSOE en Twitter, que ha hablado de él como de un "socialista y hombre que dedicó su vida a la lucha por los derechos de los trabajadores y de la ciudadanía". Pedro Sánchez, también en la red social, lo ha calificado como "una figura clave en la historia de nuestra democracia".
En UGT y el PSOE desde 1945
Redondo Urbieta había nacido en Baracaldo en 1927, su padre era ya militante del PSOE y fue condenado a muerte tras la Guerra Civil, aunque finalmente sólo cumplió seis años de cárcel.
El propio Nicolás Redondo vivió parte de la guerra en Francia, pues fue evacuado junto con otros niños en 1937 y estuvo con una familia de origen español en Burdeos, Volvió en 1940, empezó a trabajar en la Naval de Sestao en 1942 y se afilió al PSOE y la UGT en 1945.
Fue detenido hasta en seis ocasiones durante la dictadura de Franco y en una de ellas, en 1967, fue desterrado a Las Hurdes. Ya en 1976 fue elegido secretario general de la UGT. También fue diputado, obviamente dentro de la listas del PSOE, en 1977,1979, 1982 y 1986, pero renunció a ese cargo en 1987 tras votar en contra de los Presupuestos Generales de su propio partido para el año siguiente.
A partir de entonces su divorcio con el PSOE se hizo más patente y convocó, junto a CCOO, tres huelgas generales: la del 15 de diciembre de 1988 y las de junio de 1992 y enero de 1994.
Poco después de esta última, el 10 de abril de 1994, dejó la secretaría general de la UGT, en la que fue sustituido por Cándido Méndez.
El escándalo de la PSV
El final de su mandato en la UGT estuvo marcado por el escándalo de la cooperativa de viviendas PSV, parte de un grupo de empresas en el que el sindicato tenía una participación cercana al 50% y que tuvo un agujero económico de unos 14.000 millones de pesetas de la época, con lo que muchas familias perdieron parte de sus ahorros y las que iban a ser sus futuras viviendas.
Nicolás Redondo declaró en la Audiencia Nacional como imputado ante el jue de delitos monetarios, si bien después no se presentó ningún cargo contra él. En el año 2000 volvió declarar, aunque en este caso como testigo. Según su testimonio el sindicato nunca participó en la gestión de la cooperativa.