
Las organizaciones que encabezaron las grandes movilizaciones separatistas durante la pasada década han vuelto a unir sus fuerzas tras un año de desencuentros. La cumbre hispano-francesa prevista para el próximo 19 de este mes en Barcelona es la espoleta de la recuperada unidad y de un nuevo llamamiento para llenar las calles. La cita diseñada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la capital catalana ha sido tomada como una ofensa y como una provocación por parte de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, que han aparcado las discrepancias para convocar una protesta conjunta a la que también se ha sumado el fantasmal Consell de la República que dirige desde Waterloo el prófugo Carles Puigdemont.
Con ERC en fuera de juego, el llamamiento de Puigdemont para protestar durante la cumbre y contra la cumbre ha tenido un efecto inmediato. Los dirigentes de la ANC y Òmnium se han reunido durante el fin de semana para acordar una convocatoria conjunta que además pretende demostrarle a Sánchez que a pesar de sus concesiones a los golpistas, el "procés" no ha terminado.
Así, en un comunicado conjunto alegan que "el Gobierno español ha referido en diversas ocasiones que venía a Barcelona para certificar el fin del proceso. Las tres entidades independentistas lo consideramos una provocación, una fantasía y una falsedad teniendo en cuenta que no se ha dado ninguna solución política al conflicto, que aún hay representantes del movimiento en el exilio (sic) y que hay 500 personas pendientes de juicio por causas relacionadas con el referéndum del 1 de octubre y la posterior represión del Estado, que ha afectado a más de 4.000 personas".
En la nota emitida por los grupos separatistas también hay una mención contra el Gobierno francés, a quien acusan de "perseguir" el uso del catalán en los plenarios municipales. Además, se advierte de que la protesta contará con todo el tejido asociativo del separatismo, los sindicatos y la Asamblea de Municipios por la Independencia, entidad esta última que no daba señales de vida desde antes de la pandemia.
Lugar "secreto"
La intención del separatismo es llevar a cabo una gran manifestación delante del lugar donde se celebre el encuentro entre las delegaciones gubernamentales de España y Francia, enclave que el Gobierno mantiene aún en secreto.
Al respecto de la convocatoria separatista, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, insistió ayer en que el proceso ha concluido y que la situación en Cataluña ya no es la misma que en 2017. La última vez que el Gobierno hizo acto de presencia en la región fue en diciembre de 2018, cuando Sánchez convocó un Consejo de Ministros en la capital catalana que se celebró entre graves disturbios y algaradas independentistas.
Las organizaciones separatistas aspiran a repetir ahora esos incidentes para demostrar al Gobierno que sus acuerdos con ERC no significan que el proceso haya terminado, sino todo lo contrario. Entre tanto, el gobierno catalán se queja de que Moncloa no ha reservado ningún papel o función para la Generalidad en la cumbre hispano-francesa.
ERC se suma a las protestas contra su socio
La portavoz del partido republicano, Marta Vilalta, ha anunciado este lunes que la formación estará en la protesta organizada por la ANC y Òmnium, a pesar de los indultos, la reforma del Código Penal para eliminar la sedición y rebajar la malversación y el apoyo a las políticas lingüísticas de la Generalidad contra el idioma español.
ERC no quiere quedarse fuera del "consenso" separatista y a tal efecto Vilalta ha asegurado que aprovecharán la cumbre entre Sánchez y Macron para expresar "que el independentismo está vivo y el proceso no acabará hasta que se resuelva el conflicto político". La "desjudicialización" no es suficiente para los socios republicanos de Sánchez, que exigen una amnistía en toda regla y, sobre todo, un referéndum de autodeterminación.
Vilalta ha reaccionado a las declaraciones de Bolaños sobre el supuesto fin del "procés" al afirmar que "se equivocan los que piensan que el independentismo ha desaparecido o que en Cataluña hay una situación de normalidad". La portavoz de ERC ha recurrido a la retórica más ortodoxa del separatismo y ha llegado a decir que "la represión no ha desaparecido". En su opinión, se trata de "cerrar filas ante el adversario".
En ERC están dolidos con Sánchez porque, en principio, el presidente de la Generalidad no tendrá ningún papel, ni siquiera testimonial, en la cumbre en la capital catalana. Las concesiones de Sánchez al separatismo no son suficientes para garantizar una visita de Macron en circunstancias normales. La consigna que recorre el independentismo es que hay que mostrar al presidente del Gobierno que está muy equivocado respecto a la presunta "pax catalana".

