Yassine Kanjaa es el autor del último atentado yihadista en España. En la tarde-noche del miércoles, cogió un machete y salió a la calle. Emprendió un recorrido del terror por el centro de Algeciras (Cádiz), entrando en dos iglesias y no pudo en una tercera porque se la encontró cerrada, que terminó con un a sesinado y cuatro personas heridas de diversa gravedad. Poco después fue reducido por efectivos de la policía local con el apoyo de la Policía Nacional. Éstos últimos lo llevaron al calabozo.
Nacido en Marruecos en 1997, su fecha de entrada al país no termina de estar clara. Algunas fuentes policiales apuntan a que estaba en España desde 2019, otras indicaron en un primer momento que llegó en patera durante el año pasado, pero esta última posibilidad ha sido negada por el Ministerio del Interior. Lo que sí está claro es que no entró en territorio español siguiendo los cauces migratorios legales, sino que lo hizo de manera ilegal.
No sería su primera entrada ilegal en un país. Gibraltar Chronicle, el principal diario del peñón, cuenta que en agosto de 2019 se expulsó de la colonia a un joven marroquí del mismo nombre y que en ese momento tenía 20 años -ahora tendría 25, como tiene el terrorista- por colarse en territorio gibraltareño a bordo de una moto acuática, en la que iba acompañado por otros tres hombres y un menor. Desde la detención a la expulsión solo pasaron "unos pocos días". Las autoridades llanitas creen que se trata del terrorista.
Hace unos meses fue identificado por agentes de la Policía Nacional, que al percatarse de que no tenía los papeles en regla lo llevaron a comisaría y realizaron los trámites oportunos para iniciar su expulsión. Desde junio tenía una orden de expulsión que nunca se ha llegado a hacer efectiva. Según el departamento de Fernando Grande Marlaska, "como se trata de un procedimiento administrativo con todas las garantías su ejecución no es inmediata".
Por razones que se desconocen, y que no han trascendido, nunca llegó a ser enviado a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde de manera habitual se envía a los inmigrantes que están de manera ilegal en nuestro país y van a ser expulsados, aunque si esa expulsión se retrasa tras varios meses internados terminan saliendo a la calle. Yassine Kanjaa, autor del último atentado yihadista en nuestro país, no debía estar en España.
No tenía antecedentes penales "por terrorismo ni en España ni en ningún país aliado", según los datos facilitados por el Ministerio del Interior, que también ha negado con rotundidad que el terrorista marroquí "estuviese siendo seguido por agentes de información o de otros grupos policiales ni en los últimos días ni anteriormente", un supuesto dato que ha sido publicado por los medios de comunicación en las últimas horas.
Yassine Kanjaa vivía en una piso ocupado junto a otro cuatro inmigrantes, que fue registrado durante horas por los agentes en busca de elementos que puedan determinar cómo fue su proceso de autoradicalización, porque ya han descartado casi por completo que los compañeros tuviesen conocimiento de lo que iba a ocurrir o que participasen o incitasen. Se centran especialmente en los dispositivos electrónicos del arrestado, donde podría estar la información más valiosa.
El piso se encuentra en la calle Sevilla de Algeciras, a menos de 300 metros hacia el mar de la Plaza Alta, una de las más representativas de la ciudad gaditana, donde se produjo el asesinato del sacristán de la iglesia de La Palma, Diego Valencia. Y a unos 400 metros andando hacia el interior de la ciudad de la Plaza de San Isidro, donde se produjo otro de los ataques, resultando herido grave el párroco de la iglesia de San Isidro, Antonio Rodríguez.