El envío de carros de combate Leopardo 2E a Ucrania para frenar la invasión rusa del país todavía tiene muchas incógnitas. Y las tiene tanto en los números finales que maneja la coalición aliada liderada por la OTAN -número de carros de combate a enviar, número de tripulantes a formar, número de mecánicos a formar...- como en la aportación que España va a realizar específicamente en este tema. Poco a poco, algunas de estas incógnitas empiezan a despegarse.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha adelantado este martes que nuestro país va a recibir "a finales de esta semana" a un grupo conformado por 50-55 militares ucranianos para ser entrenados en el manejo de carros de combate Leopardo 2 en nuestro país. Estos militares ucranianos van a recibir una formación intensiva durante dos meses o dos meses y medio para ser mínimamente operativos. La formación reglada actual está en torno a los cinco meses.
Esta formación intensiva permitiría a los militares ucranianos terminar este ciclo de adiestramiento en torno a "finales de marzo o principios de abril". Precisamente para la primavera es cuando los aliados occidentales tienen previsto enviar el primer gran cargamento de carros de combate de forma conjunta a Ucrania -todavía no hay cifras estimadas-, que irá acompañada de vehículos de recuperación y de una cadena logística mínima para que sean realmente útiles.
Sobre el número exacto de unidades que se enviarán desde España tampoco hay cifras todavía. La fábrica de Santa Bárbara (General Dynamics) en Sevilla está poniendo a punto las primeras cinco unidades de Leopardo 2A4 que estaban almacenadas en Zaragoza y que, según dijo la propia ministra el pasado mes de agosto, se encontraban en un "estado lamentable" y podrían ser "un peligro" para los ucranianos. Una sexta unidad ha llegado a las instalaciones en los últimos días.
De manera paralela, durante la cumbre de ministros de Defensa de los OTAN, celebrada este martes en Bruselas, España ha acordado con el Gobierno de Estonia el despliegue de un sistema de misiles antiaéreos NASAMS del Ejército de Tierra, idéntico al que está desplegado desde hace unos meses en Letonia. La batería de misiles empezaría a estar operativa en suelo estonio a principios del mes de abril y permanecerá en el país báltico durante cuatro meses.
Este compromiso ha sido hecho público por el Ministerio de Defensa de Estonia, que ha informado de que la intención de los países bálticos es llegar a un acuerdo con la OTAN para que, al igual que pasa con el control de su espacio aéreo, el organismo multinacional cree un sistema de rotaciones para que haya sistemas antiaéreos aliados de manera permanente en las tres pequeñas repúblicas bálticas.
Este acuerdo no ha sido confirmado todavía por el Ministerio de Defensa español, algo que no es nuevo en los últimos meses. Hay que recordar que los últimos despliegues de cazas de combate españoles en Bulgaria y Rumanía fueron anunciado inicialmente por estos países aliados y solo, varios días después y ante la insistencia de los medios de comunicación, fueron confirmado por los responsables del Ministerio de Defensa español.