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Buxadé y la teoría de que hay que callarse hasta que el partido te diga lo que tienes que decir

El hombre fuerte de Vox publicó un artículo para explicar cómo entiende la disciplina de partido para que no se confunda "libertad con deslealtad".

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El hombre fuerte de Vox publicó un artículo para explicar cómo entiende la disciplina de partido para que no se confunda "libertad con deslealtad".
Jorge Buxadé, vicepresidente primero de Acción Política de Vox. | Europa Press

Las depuraciones internas en la elaboración de las listas electorales y los resultados de los comicios generales del pasado 23-J han abierto una crisis interna en Vox. La rama más liberal del partido fue apartada o bien de las candidaturas o bien ubicados lejos de los puestos de salida, y eso que la previsión inicial del partido era tener muchos más diputados de los que finalmente obtuvo. El ala menos ortodoxa parece haberse diluido como un azucarillo.

La última muestra de ello ha sido la dimisión de Iván Espinosa de los Monteros este martes por la mañana, el hasta ahora portavoz parlamentario de Vox en el Congreso de los Diputados. "Siento mucho tu dimisión y mucho más las razones que la provocan. Has luchado sin descanso desde la fundación de Vox con lealtad, con generosidad y con sacrificio. Aunque algunos no han sabido reconocértelo", decía acto seguido otro veterano del partido, Javier Ortega Smith.

Todos los análisis apuntan a la crisis interna del partido. El hombre fuerte es en estos momentos Jorge Buxadé, vicepresidente Primero de Acción Política y poco partidario de que alguien se mueve un milímetro de lo que el partido cree que se debe decir. Muy claro lo dejó hace algo más de un año, en un claro aviso a navegantes, en un artículo que publico en La Gaceta de la Iberosfera. El citado artículo se titulaba ‘Tener opinión’ y advertía a sus compañeros que lo mejor que puede hacer un político es estarse callado.

"Hoy en día parece triunfar el político que tiene opinión y efectivamente opina de todo. Aunque diga tonterías, o frases hechas. Se ha aplaudido a políticos, de uno y otro signo, simplemente por tener opinión sobre temas respecto de los cuales su opinión era irrelevante, y además, se ha demostrado errada a los pocos días. Incluso, se ha llegado a afirmar que es valiente un político por decir cosas distintas de las de su partido; confundiendo valentía con desobediencia, libertad con deslealtad", decía el artículo publicado por Buxadé.

"No es necesario tener opinión en todo. Más aún, no es sano tener opinión en todo y de todo. En realidad, incluso, hay cosas sobre las que mejor no tener opinión. Y otras, en que la opinión debe ser formada desde el estudio concienzudo y el análisis completo de todas las circunstancias y consecuencias. Y exige tiempo. Y prudencia. Dos cosas de las que en esta política de cortas miras se carece. Incluso, quizás, tras todo ese tiempo de estudio, concluyas que lo prudente es no tener opinión", continuaba.

"Hay quienes nos hemos lanzado a esta hermosa tarea de conquistar para los españoles su libertad profunda y su capacidad de decidir sobre el Estado persuadidos de que no tenemos opinión en todo. Lo que no es político no merece respuesta política. Aunque la pida el periodista o el tertuliano o el seguidor de la red social. O tu infinita vanidad. En política, la opinión es irrelevante. Es relevante la posición. En política debes posicionarte; no opinar", proseguía.

Y, tras esto, llegaba el rotundo mensaje final: "el posicionamiento no es personal, sino político, y por ello comunitario o colectivo, y debe ser adoptado en el partido y por el partido. Así, que lo razonable, inteligente, prudente, sensato, es esperar a que el partido se posicione, esto es, afronte políticamente un hecho con efectos políticos. Si tú opinas o te posicionas antes, dañas al partido. Y a ti mismo, pues puedes quedar como un tonto y siempre como un listillo, que es la forma postmoderna de acreditar tontuna".

En resumen, el político por el que apuesta Buxadé es aquel que únicamente dice lo que el partido le dice que debe decir, porque si no es tonto o listillo, y que no confunde, según su criterio, "valentía con desobediencia" o "libertad con deslealtad".

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