El juzgado de Instrucción número 3 de Murcia asume la investigación del incendio en la zona de ocio nocturno de Las Atalayas en el que perdieron la vida trece personas -para la que mantiene el secreto de sumario- e incoa diligencias por 13 delitos de homicidio imprudente "para el esclarecimiento de los hechos y depuración, en su caso, de eventuales responsabilidades penales". Así lo ha explicado el Tribunal Superior de Justicia de la región, a través de un comunicado.
En estos momentos, el órgano está "a la espera" -ha incitado- de que "se completen las labores de identificación" de los cadáveres. Por su parte, los los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de la Región de Murcia ya han concluidos las autopsias para trasladar al juzgado las causas y circunstancias de las muertes derivadas del terrible suceso que aconteció en la discoteca Fonda Milagro al filo de las seis de la mañana del pasado domingo.
El TSJMU detalla en el comunicado que los equipos médico-forenses terminaron las autopsias en la jornada de ayer y que procedieron entonces "a la obtención de muestras para la realización de análisis complementarios". Entre ellos, menciona un examen externo y un estudio radiológico que permitiría obtener "datos identificativos, tales como malformaciones congénitas" así como otros hallazgos que contribuyan a "establecer la causa de la muerte".
De ahí que se tomaran -por ejemplo- "muestras de sangre para determinar la posible existencia de tóxicos, como la carboxihemoglobina -un compuesto tóxico resultante de la unión de la hemoglobina con el monóxido de carbono- que impide el aporte de oxígeno a la célula". Y todo a una velocidad realmente impresionante, con el objetivo de minimizar la espera -y con ello el daño- a los familiares de las víctimas.
El presidente del TSJMU, Miguel Pasqual del Riquelme, ha reconocido "el esfuerzo realizado" y ha aplaudido "la diligencia con la que están desarrollando su trabajo tanto los equipos forenses y psicólogos del IMLCF de Murcia y autoridades judiciales y funcionarios de los juzgados". Destacada ha sido la colaboración del Servicio de Anotomía Patológica del Hospital Reina Sofía, lo que ha permitido "agilizar los trabajos", como señalaba su director, Juan Pedro Hernández del Rincón.
La visión de Bomberos
El portavoz de los Bomberos de Murcia, Juan Navidad, ha informado desde el lugar de los hechos de algunas de las dificultades con la que se encontraron los efectivos que acudieron tras recibir el aviso del incendio que tuvo lugar el 1 de octubre. Para empezar, la gran cantidad de humo que había nada más entrar en el local. Y después "la carga de fuego" que fue "lo que nos echó". No tuvieron más remedio que sofocar las llamas desde fuera, dentro era imposible hacer nada.
Según ha explicado, los cadáveres estaban "en la planta +1". Todas menos dos que se encontraban en la planta baja pero cuya posición "era compatible con la de una caída" desde la zona superior. Esta -por cierto- "aguantó, sólo se derrumbó alguna pared pequeña y alguna barandilla". En definitiva, las víctimas estaban unas muy cerca unas de otras -apenas en 20 metros cuadrados- y todas cerca del acceso a la segunda planta.
Dos discotecas, un local
Cuando llegaron los bomberos, unos 8 minutos después de recibir el aviso, el fuego estaba ya "muy desarrollado". Y el humo había entrado en los locales anexos a la Fonda, particularmente a Teatre, con la que compartía conductos de ventilación. Cabe recordar que ambas discotecas se encuentran en la misma nave industrial y que -según informó el Ayuntamiento de Murcia en rueda de prensa- no tienen licencia.
Sería así desde enero de 2022, que es cuando se presenta el proyecto de partición del local -alegando que era una mínima modificación-. El consistorio no dio su aprobación y ordenó el cese de la actividad, a la espera de que le trasladaran una nueva propuesta. Se la hicieron llegar en el mes de marzo, pero tampoco pasó los filtros del Ayuntamiento, que dio la orden de cierre en el mes de octubre (hace ahora un año).