
No se lo esperaban y no han dudado en arremeter contra los participantes de la histórica y masiva manifestación de Sociedad Civil Catalana (SCC) en contra de la amnistía y de la autodeterminación. El presidente de la Generalidad, el republicano Pere Aragonès, ha tratado de identificar a las decenas de miles de participantes en la manifestación con la ultraderecha y ha cargado contra los dirigentes del PP y Vox presentes alegando que "su único mensaje para Cataluña es el de la venganza, la represión y el odio".
A pesar del éxito de convocatoria, Aragonès ha calificado la manifestación de "fracaso" y ha dicho que es una especie de acicate "para seguir batallando más que nunca por la amnistía y la autodeterminación".
El gobierno catalán trató de amedrentar a los posibles manifestantes el pasado martes, cuando una portavoz de la Generalidad tachó a los convocantes de "catalanófobos" y de montar un acto "contra los catalanes".
Sin embargo, la manifestación ha congregado más gente que la separatista del último 11 de septiembre y aún más que la del 1-O. Y eso a pesar de que el PSC, cuyos dirigentes sí que participaron en las dos grandes manifestaciones en contra del golpe de Estado separatista de octubre de 2017, había hecho todo lo posible durante los últimos días por desincentivar la manifestación.
Constatado que aún así la convocatoria ha funcionado, el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, ha menospreciado el papel de Sociedad Civil Catalana al responsabilizar a PP y Vox de "generar miedo y crispación". Illa también ha coincidido con la tesis de ERC al señalar que PP y Vox "son incapaces de construir nada nuevo". La portavoz autonómica, Patrícia Plaja, dijo el martes pasado que los convocantes "son aquella gente que no aporta, que no suma, que no quiere construir, que simplemente lo que tiene es catalanofobia y critican todo aquello que sale de Cataluña".
En un discurso en un acto de las juventudes socialistas, Illa ha recurrido al clásico socialista de que "España no se rompe" para cargar contra la manifestación y reivindicar la "diversidad que nos engrandece". Illa ha pedido también respeto para lo que votaron los ciudadanos el 23-J en un ensayo de la maniobra socialista de atribuir la amnistía que se prepara para poder investir a Pedro Sánchez con un designio de las urnas.



