
Arranca en la Audiencia Provincial de Málaga el juicio contra José Arcadio, alias ‘El Melillero’, a quien se acusa del intento de asesinato de dos mujeres -su exnovia y una amiga de ésta- con ácido sulfúrico en 2021. El ataque -que les produjo graves quemaduras- tuvo lugar el 12 de enero de 2021, cuando las víctimas se encontraban en el interior de un vehículo estacionado con las ventanas semiabiertas en la localidad de Cártama.
Está por ver si lo perpetró él mismo o se lo encargó a otro de los procesados -El Poti-, como aseguraba hasta ahora. Su cómplice, para quien la Fiscalía pide un total de 38 años y cuatro meses de prisión, se ha desdicho de lo que mantuvo en su momento ante la policía y en sede judicial para asegurar -señalando a El Melillero- que "lo hizo él". Éste, por su parte, reconoce sólo parte de los hechos.
Durante su declaración -este lunes- ha insistido en que su intención nunca fue la de atentar contra la vida de su expareja (Sandra), que se llevó la peor parte y ha precisado doce intervenciones quirúrgicas como consecuencia del ataque. Según el acusado, "no sabía que había ácido sulfúrico en el interior de ese bote, pensaba que era agua fuerte". Él sólo quería- dice- "darle un susto".
Pero la declaración del resto de los procesados ha evidenciado que la versión de El Melillero hace aguas. La persona a la que le encargó que comprara el compuesto, extremadamente corrosivo, ha explicado que lo hizo por Internet para lograr "el más puro y con mayor porcentaje de sulfúrico". Esas eran las indicaciones que le había dado el líder del grupo, para quien el ministerio público pide 51 años y medio de cárcel.
Se le acusa de dos delitos de asesinato en grado de tentativa, organización criminal y amenazas graves. El fiscal sostiene que era el jefe de una banda dedicada principalmente al tráfico de drogas y ocasionalmente a delitos contra el patrimonio, y que los demás procesados cumplían sus órdenes. El Melillero, sin embargo, ha insistido en que no hubo un plan preconcebido para atentar contra su expareja y ha rechazado que la hubiera amenazado previamente.
La situación de las víctimas
No es lo que dice Sandra -su exnovia-, quien asegura que le dijo que acabaría con "esa cara tan bonita" que tiene. Tanto ella como su amiga Cristina, comparecerán el próximo lunes sin que tengan contacto alguno con los procesados. Ambas sufren un trastorno por estrés postraumático grave, entre las secuelas psicológicas que les ha dejado el ataque.
A Sandra, le cambió la vida. El ácido le quemó el 45% de superficie total corporal, con los consecuentes perjuicios estéticos y de calidad de vida. En la actualidad, presenta un leucoma corneal izquierdo (agudeza visual de 0,1), dificultad para la deglución de líquidos y -en ocasiones- sólidos, y ciertas limitaciones de movilidad en varias partes del cuerpo. Cristina sufrió quemaduras en el 20% del cuerpo y tuvo que someterse a dos intervenciones.
La expareja de El Melillero asegura que lo hizo por despecho, que estaba "obsesionado" con ella y no aceptaba la ruptura. Ella decidió dejarle unas semanas antes de los hechos porque le faltaba el respeto, la insultaba y le golpeaba. Él ya había sido condenado anteriormente un un delito de malos tratos en el ámbito familiar, entre sus numerosos antecedentes penales (robo, lesiones, hurto, conducción temeraria, etc).

