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¿Qué hace peligrosa a la secta de los Testigos de Jehová?

"Según ellos son la única religión verdadera" y "llevan mucho tiempo insuflando odio en la sociedad", señala un exadepto que estuvo 45 años dentro.

"Según ellos son la única religión verdadera" y "llevan mucho tiempo insuflando odio en la sociedad", señala un exadepto que estuvo 45 años dentro.
Una reciente sentencia reconoce a los Testigos de Jehová como secta destructiva. | FLICKR

Mas allá de las razones obvias que hacen peligrosa a cualquier secta, como el control que tienen sobre la vida de sus seguidores y el aislamiento al que someten a estos para alejarlos de influencias externas, los Testigos de Jehová tienen una serie de reglas y creencias que no sólo comportan un riesgo para la vida de sus fieles (como el hecho de que rechacen las trasfusiones de sangre) sino que también entrañan serios problemas para la convivencia con el resto.

Así se desprende de las palabras de Enrique Carmona, exadepto y secretario de la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová. "Según ellos son la única religión verdadera y las demás religiones cristianas son parte de la prostituta que está prefigurando en el apocalipsis, a la que llaman la gran ramera. Lo dicen así y se quedan tan anchos", explica con indignación. "No saben lo que es el respeto a los demás".

"Es decir, llevan mucho tiempo insuflando odio en la sociedad y especialmente en sus miembros, que ven a las personas de esa manera", añade. "Tú, yo y el resto de los 8000 y pico millones de personas que hay en la Tierra, somos del mundo... Del mundo de Satanás, eso es lo que dicen en sus reuniones. Y ellos, sólo ellos, pertenecen al Reino de Dios", relata tras haber pertenecido a la congregación durante 45 años.

Enrique nació en el seno de una familia de testigos y se salió después de que intentaran que dejara de hablar con su padre, décadas después de que lo expulsaran, por una nueva norma (más adelante hablaremos de cómo cambian el reglamento a su antojo) que había sido dictada desde Nueva York. Esto le costó su matrimonio y también la relación con su hija mayor, con la que apenas tienes relación desde hace 15 años.

Según nos asegura, "el conocimiento profundo de lo que implica ser" uno de ellos "solo se alcanza estando dentro, y especialmente cuando quieres salir". "Los veis parados en la calle, anteriormente con unos carritos, yendo de casa en casa, gente muy amable, gente muy correcta (con la intención de captar, claro)... Pero el trasfondo y el lenguaje que tienen es brutal", exclama. "A nosotros, los que no hemos salido y que estamos publicando lo que pasa ahí dentro, nos llaman apostatas".

"La palabra apóstata significa salirse, hasta ahí vale", admite. "Pero si tú miras donde viene la palabra apóstata en sus publicaciones, siempre va acompañada de la figura de una persona que es la escoria de la sociedad... De drogadictos, de borrachos, de gente tirada en la calles... Es decir, somos lo peor de la sociedad". "La palabra apóstata es correcta según el diccionario de la Real Academia. Nos hemos salido de una idea religiosa o política. Pero cuando dicen que alguien es un apóstata, es una alerta".

Reglas cambiantes

Los Testigos de Jehová cambian sus normas y creencias según conviene en cada momento. Así han hecho a lo largo de su historia cuando —por ejemplo— ha llegado el día en el que supuestamente se iba a acabar el mundo y no ha sucedido. "Fallar es un problema porque sus adeptos dicen: oye, que esto no ha venido. Pero entonces empiezan a inventar otro argumento nuevo para retener a las personas", indica Enrique.

"La central tiene un departamento, lo que sería un cuerpo directivo —que ellos le llaman cuerpo gobernante, y que antes llamaban esclavo fiel y discreto de Jesucristo— que es el que se encarga de definir y difundir las nuevas creencias o enseñanzas", explica. "Las modifican según les conviene, es un desastre. Están cambiando y volviendo loca a la gente, continuamente", asevera.

"Un ejemplo: en los años 60, ciertos comportamientos sexuales dentro del matrimonio estaban prohibidos. En los años 70, esos mismos comportamientos íntimos estaban tolerados y eran de libre conciencia. En los años 80, vuelven a estar como en los sesenta (todos prohibidos). En los años 90, ya se acabó y dejaron libertad de conciencia a la gente" señala. "Pero hasta ese momento estaban regulando tu intimidad con tu esposa", exclama.

La controversia de la sangre

Esto mismo ha ocurrido con otro tema controvertido, como es el de la sangre. Según nos explica Enrique Carmona, las directrices que llegan desde Nueva York también se han ido modificando en las últimas décadas. "En los 80, la sangre era sagrada y no podía entrar en el cuerpo bajo ningún concepto. Ojo, ni sangre ni derivados de la sangre (glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas...)". Y, resultado de ello, "mucha gente murió".

"En aquella época, las antitetánicas eran con hemoderivados (hasta que salieron las totalmente sintéticas)", explica. "Y hubo personas que fallecieron porque no se pusieron la antitetánica". "Con el tiempo eso cambió y ya se podían aceptar partes de la sangre. Pero los muertos que había habido... Esos ya estaban muertos". Para él, la interpretación de la Biblia que se ha hecho a este respecto es "retorcida".

"Decían: la transfusión de sangre está prohibida por la Biblia. Pero en la Biblia no aparece la palabra transfusión nunca", exclama. "Es más, se menciona que una persona puede comer un animal que no esté desangrado bajo ciertas circunstancias, como el peligro de morir o enfermar", explica. "Pero, curiosamente, ese texto bíblico no lo citan nunca".

Inventos peligrosos

"En la ley de Moisés, existía la posibilidad de que cuando un cazador salía, llevaba varios días sin encontrar una pieza y se encontraba restos de un mulo —por ejemplo— que había atacado por otro animal, podía comer la carne de ese mulo que no había sido desangrado debidamente para salvar su vida", señala. "Por qué los testigos de Jehová de hoy no pueden aceptar sangre para salvar su vida", se pregunta. "La historia está en que han ido inventando cosas que los ha hecho peligrosos. Una persona puede morir por causa de no ponerse sangre", asevera.

"De la misma manera, una persona puede caer en depresión o en ansiedad, incluso en el suicidio, en el momento que su familia lo rechaza por completo porque ha dejado de ser testigo de Jehová", añade. "A eso es a lo que yo me refiero cuando digo que son una secta peligrosa. No es porque sean matones de pistola. Pero sí hay muchas personas se han suicidado por estas cosas". Enrique nos pone como ejemplo el caso de un sobrino de un gobernante que fue expulsado hace un año por ser homosexual. "Le hicieron tal vacío que entró en depresión y se suicidó".

También nos cuenta el caso de un miembro de la asociación que -ya con 70 años, tras ser "alguien importante" dentro de la congregación y salirse hace unos años- "sigue llorando cada día". "Perdió a toda su familia, que sigue dentro", nos asegura. "Este hombre tiene la fortaleza emocional para seguir adelante, pero muchos otros se quedan en el camino", dice con pesar. "Así que yo seguiré diciendo, por estas causas y algunas más, que los Testigos de Jehová son una secta peligrosa".

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