
Ofensiva de ERC contra Junts. Los republicanos se revuelven contra los acuerdos alcanzados entre los de Puigdemont y el Gobierno de Pedro Sánchez. Oriol Junqueras considera que Junts utiliza un discurso de extrema derecha cuando habla de inmigración mientras que la vicepresidenta de la Generalidad, la también republicana Laura Vilagrà, niega que haya habido un traspaso, habla de los largos plazos de las leyes orgánicas y señala que no se pueden negociar competencias para la Generalidad sin tener en cuenta al gobierno de la Generalidad.
Vilagrà ha tenido una larga conversación con el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, en la que le ha reprochado que no se informara a la Generalidad de las negociaciones sobre las competencias de inmigración y extranjería que los socialistas llevaban a cabo con Junts. Según la versión de la dirigente republicana, Bolaños le habría quitado trascendencia al asunto y habría dicho que va para largo, que dependerá de una ley orgánica y que en ningún caso será un traspaso sino una delegación de competencias.
No obstante, Vilagrà ha admitido que el Gobierno cedió a la exigencia del Govern de topar el precio de los alquileres en los 140 principales municipios de Cataluña en compensación por haberle concedido a Junts el traspaso de la inmigración.
El Govern no reniega de la competencia, sino de que el Gobierno le haya dejado de lado en un asunto de absoluta trascendencia y más aún en el actual ciclo electoral. De ahí que traten por todos los medios de restar trascendencia al traspaso mientras la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, declara que ninguna comunidad autónoma ha pedido la inmigración, pero que está a disposición de quien quiera la competencia.
No hay, ha asegurado Montero, ningún acuerdo con Junts, ERC o la Generalidad, todos juntos o por separado, al que no se puedan apuntar el resto de las administraciones autonómicas.
Enojo de ERC con Moncloa
Pero con independencia de que se trate de reducir el acuerdo entre el Gobierno y Junts sobre inmigración a una especie de camelo, el enojo de ERC con el Ejecutivo y con los socialistas es mayúsculo. Los republicanos se consideran absolutamente desplazados, ninguneados y casi despreciados porque en el PSOE dan por seguros sus votos y les contemplan como unos negociadores fáciles y mediocres.
Los principales dirigentes de ERC están encajando aún el golpe. El presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, está siendo puesto en entredicho de manera muy cruda por Junts mientras el PSOE no acaba de salir al rescate de quien tantos favores le hizo la pasada legislatura a cambio de los indultos y la reforma del Código Penal. Todas las medallas son ahora para Carles Puigdemont, némesis de Junqueras.
Ambiente de subasta
En el ambiente de subasta a la baja del Estado, el traspaso de los trenes y la quita de la deuda autonómica, conseguidas por ERC para la investidura han quedado en cuestión de días en baratijas en comparación con el traspaso del control de entradas y salidas en puertos, aeropuertos y fronteras terrestres, la expedición de permisos de residencia, la expulsión de multirreincidentes y capacidad decisoria en materia de redistribución geográfica de los inmigrantes, entre otras funciones que son competencias exclusivas del Estado según la Constitución y que sólo pueden ejercer los Estados según los tratados europeos.
Para taponar el boquete en la credibilidad independentista del Govern y en ERC, Junqueras ha venido a equiparar a Junts y a Puigdemont con la extrema derecha en un mensaje en la red social X. "Abrazar los discursos de la extrema derecha que criminalizan a las personas migrantes, lejos de resolver las situaciones de pobreza y exclusión ponen en riesgo la cohesión social, un país compartido con todos los que viven y su incorporación al proyecto nacional. Nos jugamos mucho", dice el texto de Junqueras.
Abraçar els discursos de l'extrema dreta que criminalitzen les persones migrants, lluny de resoldre les situacions de pobresa i exclusió, posa en risc la cohesió social, un país compartit amb tothom que hi viu i la seva incorporació al projecte nacional. Ens hi juguem molt.
— Oriol Junqueras 🎗️ (@junqueras) January 11, 2024
Es la respuesta a la retórica de Junts, cuyos alcaldes se organizan para pedir la expulsión de los inmigrantes reincidentes mientras Jordi Turull y Míriam Nogueras alientan las expectativas sobre una política migratoria sin contemplaciones, ya sea por convicción o estrategia a fin de impedir el crecimiento del separatismo de extrema derecha que encarna Aliança Catalana, el partido que gobierna Ripoll con un discurso explícito sobre los valores occidentales y el islamismo.




