Se acabaron las medias tintas en lo relativo a lo que Bildu considera como su joya de la corona. Pedro Sánchez ya tiene encima de la mesa la exigencia de Arnaldo Otegi, totalmente formal y verbalizada, de que en el País Vasco, tras las próximas elecciones autonómicas, debe gobernar "la fuerza más votada". Es más, Bildu ni siquiera oculta ya la posibilidad de un pacto suyo con el propio PNV. Traducido: si gana el PNV, puede haber discusión. Si gana Bildu, Otegi quiere la entrega en bandeja del apoyo del PSOE, como ya ha ocurrido en Pamplona.
Era obvio que iba a ocurrir de esta manera. Pero en el PSOE seguían empeñados en esconder la cabeza bajo la tierra. Bildu ya lo ha pedido y la exigencia es rotunda en dos escenarios. El primero es el que se daría en caso de ganar Bildu las próximas elecciones vascas, previstas en principio para mayo de este año. De ser así, Bildu considera indiscutible -y así se lo ha trasladado ya al presidente del Gobierno- que el Gobierno del País Vasco debe ser para ellos con el apoyo del PSOE-PSE, en caso de salir las cuentas de los resultados electorales. La frase utilizada es descriptiva: "Debe gobernar la fuerza más votada". Y no se trata de una negociación con Sánchez. Otegi ha dado ya orden de que se utilice esta fórmula en los mítines, blindando su exigencia ante la opinión pública.
De hecho, se ha puesto como ejemplo el caso de Pamplona. Y se ha señalado que se trata de una "forma de política nueva" que no admite la "carga excluyente" de los actuales pactos entre el PSOE y el PNV, como se ha encargado de explicar ya el candidato de Bildu, Pello Otxandiano, a sus bases.
El segundo escenario es más dudoso, pese a que la frase de Bildu es igualmente imperativa. Se trataría de la situación en caso de que el ganador de las próximas elecciones regionales fuera el PNV. Bildu ha insistido en que la primera fuerza "de progreso" es la que debe gobernar, lo que, según el diccionario de Otegi, excluiría del apoyo del PSE a los del PNV. Pero, pese a eso, la frase no ha sido igual de imperativa que la primera hasta el punto de que choca con la premisa principal, en la que Bildu exige que "gobierne la fuerza más votada". Sin más acotaciones.
Traducido: si Bildu mantiene su planteamiento, en caso de ganar los proetarras no habrá negociación con el PSOE sino exigencia de apoyo. Y si gana el PNV, se abriría la interpretación y negociación.
Referéndum simultáneo en País Vasco y Cataluña
Pero lo cierto es que el PSOE sueña con que Bildu no gane y no se dé esa situación. Porque, tras regalar el Ayuntamiento de Pamplona a un partido plagado de etarras, se vería abocado a regalar el País Vasco. Todo un tortazo ante la opinión pública y todo un polvorín a efectos de aceleración del plan separatista. Porque hay que recordar que fue el propio Otegi el que se comprometió a un referéndum separatista simultáneo en el País Vasco y Cataluña en los años más próximos.
Bildu tiene claro que va a meter presión a Pedro Sánchez para recordarle que nunca aceptó de buen grado que no le dejara gobernar en la capital vasca, que la quiere controlar y que, si los de Otegi ganan las próximas elecciones autonómicas en esa comunidad, elevarán el precio de los pactos de mantenimiento de Pedro Sánchez en el poder.
El contexto es claro para los proetarras: quieren todo lo que puedan lograr tirando del pacto de investidura con el PSOE. Y eso incluye el ya tomado Ayuntamiento de Pamplona, Vitoria, Durango y todo el resto de plazas —como las diputaciones— donde los de Otegi puedan mandar con el apoyo de los socialistas argumentando que fueron la primera fuerza "progresista" en las últimas elecciones. Y es que Bildu no sólo quiere el avance de poder en la Comunidad Foral Navarra.