El 8x8 Dragón es una auténtica pesadilla para el Ministerio de Defensa. Es el vehículo blindado sobre el que pivota la modernización del Ejército de Tierra, llamado a sustituir a los obsoletos BMR que todavía pueblan ex exceso las unidades españolas. Su primer impulso fue en 2009, con Carmen Chacón a los mandos del departamento. Quince años después, no hay ni una solo unidad operativa de este vehículo en el Ejército de Tierra.
Las causas de esta situación son múltiples, desde una grave crisis económica que provocó un desplome vertiginoso de la inversión en Defensa, llegando a poner a las FAS en la línea roja de la inoperatividad, hasta la incapacidad de las tres empresas que inicialmente formaban parte del proyecto para llevarlo adelante (GDELS-Santa Bárbara Sistemas, Indra y SAPA) tras firmarse por fin el primer contrato para siete demostradores a finales de 2015.
Estos siete demostradores deberían haber sido entregados al Ejército de Tierra en 2018, sin embargo, no llegaron hasta diciembre de 2022, con cuatro años y medio de retraso. Entre medias, importantes tiranteces entre Defensa y el consorcio constructor, hasta el punto de que quedarse sin adjudicar el primer contrato para 348 unidades, sólo una pequeña parte de los que necesita el Ejército de Tierra para su modernización.
La ministra, Margarita Robles, se involucró personalmente para sacar adelante el contrato para 348 unidades y lo consiguió en agosto de 2020. El consorcio fabricante quedó compuesto por las tres mismas empresas, a las que se sumó Escribano M&E, que había emergido durante la crisis vendiendo material militar de tecnología punta en el extranjero gracias a sus estaciones de disparo automatizadas que ahora irán en algunas variantes del 8x8.
Todo parecía solucionado, pero algunas sombras han vuelto al proyecto. El contrato decía que el consorcio de las cuatro empresas, denominado Tess Defence, debía entregar durante el año 2023 un total de 34 vehículos 8x8 Dragón en configuración completa. La realidad es que el Ejército de Tierra no recibió ninguna de estas unidades. Sigue con los siete demostradores que fueron entregados en 2022.
Defensa mandó dos duros mensajes al consorcio durante el primer mes de este 2024. Primero Robles en la Pascua Militar, el acto de apertura del año castrense, delante del Rey. El segundo, una semana después, con un encuentro en la sede del Ministerio de Defensa donde la número dos de Defensa, Amparo Valcarce, dio un toque de atención por los retrasos a los CEO de GDELS-Santa Bárbara Sistemas, Indra, Escribano y Sapa.
Esta semana, el CEO de Santa Bárbara Sistemas ha hecho una visita a la fábrica de Trubia (Asturias), la instalación donde se están construyendo las barcazas del 8x8 Dragón. Allí dijo que ya se ha empezado a trabajar en el blindado número 128, que la previsión es que a finales de este año se entreguen 92 unidades al Ejército de Tierra y que, por tanto, "no se puede hablar de retrasos".
La configuración inicial del contrato decía que la industria debía entregar al Ejército de Tierra un total de 34 blindados en 2023 y otros 71 durante 2024. Es decir, que a 31 de diciembre de 2024 se debían entregar un total de 105 blindados, una cifra superior a la ahora prometida por el CEO de Santa Bárbara. Los otros 243 debían llegar de este modo: 90 blindados en 2025, 94 unidades en 2026 y los últimos 52 en 2027.