La Guardia Civil detuvo el 14 de marzo de 2023 a Antonio Caba como presunto responsable del asesinato del empresario Juan Miguel Isla, en paradero desaparecido desde el 22 de julio de 2022, cuyo cadáver fue hallado en el interior de un pozo de una finca agrícola de Valdepeñas (Ciudad Real) que pertenecía al arrestado, un conocido intermediario de Manzanares.
Apenas tres meses más tarde, la Unidad Central Operativa (UCO) encontraba en otro foso de similares características los restos de un segundo empresario relacionado con Caba, Jesús María González Borrajo, del que no se sabía nada desde el 19 de junio de 2019. Según se desprende de las pesquisas realizadas por los investigadores, el móvil fue económico en ambos casos.
Pero el famoso corredor de Manzanares no actuó solo. Y eso fue su perdición. Su cómplice -en prisión provisional- terminó confesando que ayudó a Caba a deshacerse de los cuerpos de las dos víctimas. Gaspar Rivera, un okupa jubilado y ludópata, no aguantó la presión y lo contó todo (o eso dijo). Según aseguró, su amigo le engañó hasta tal punto que también le convenció para realizar un contrato falso de compraventa de una finca de Isla.
Durante su declaración incluso mencionó -con el objetivo de lograr un acuerdo con la fiscalía- que Caba podría estar relacionado con la muerte de al menos otra persona. Se trataría de un hombre -llamado Javier- al que "es posible" que el acusado "envenenara". El fallecido tuvo que ser ingresado en el hospital -donde estuvo mucho tiempo, hasta que pereció- "justo después de que ambos se hubieran visto".
La familia de la víctima sospechaba que Caba le había hecho algo. Y en su momento se investigó, pero no se encontraron indicios suficientes para incriminar al intermediario. No obstante, la UCO estaría investigando la relación del corredor con las muertes de otras personas de su entorno en extrañas circunstancias. En el pueblo se habla del desconcertante suicidio del que fuera su socio tirándose a un pozo.
Juicio por el asesinato de Isla
En aplicación del artículo 25 de la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado, el juez ha convocado al Ministerio Fiscal y a las partes el próximo 20 de marzo a una comparecencia en la que comunicará los hechos justiciables y las personas investigadas, y se seleccionará al jurado popular.
En lo que se refiere a los investigados, no sólo se encuentran Antonio y Gaspar. De momento hay al menos otras dos personas: el gestor de Caba -Juan Carlos-, al que le atribuyen falsedad documental; y un camarero -Miguel Ángel-, acusado de haber falsificado un contrato de compraventa de una propiedad que pertenecía a Juan Miguel.
Queda por ver lo que ocurre con Francisco Isla, único hermano varón de la víctima. El abogado de su viuda -Nardy-, Juan Manuel Medina, ha presentado un escrito para que "sea llamado en calidad de investigado". Cabe recordar que este familiar -cuya relación con el empresario asesinado estaba rota- escondió durante meses una pistola de Caba.
El presunto asesino de su hermano le entregó el arma cuando Juan Miguel ya estaba desaparecido y él la guardó durante meses bajo un lavabo de una nave que de su propiedad en Villarta de San Juan. Hasta el 27 de marzo, trece días después de las detenciones de Antonio y Gaspar, no acudió al cuartel de la Guardia Civil para entregar la pistola.
La finca de la discordia
Según explicó entonces a los agentes, no lo hizo antes porque no pensó que tuviera relación alguna con la desaparición de su hermano. Sin embargo, llama la atención que dos meses antes -reconoció- sacó la munición del arma para deshacerse de ella por miedo que "alguien pudiera cogerla y pegarse un tiro".
Las explicaciones de Francisco nunca fueron suficientes para la mujer de Juan Miguel Aunque que señaló -en declaraciones a Libertad Digital- que ese argumento se caía por su propio peso porque en sus hijos son mayores mayores y viven independientes. A ella le parece que es todo muy "extraño", especialmente después de constatar que su cuñado le tenía un "odio crónico" a su marido.
Así se deduce de las conversaciones que éste mantenía con Antonio Caba -su presunto asesino- y que fueron grabadas por la UCO. Le llamaba "el mongolo ese", dice con pesar. Juan Miguel y Francisco no se hablaban desde 2010, que es cuando mueren sus padres y ellos se enfrentan por el reparto de la herencia.
Se da la circunstancia de que el origen del conflicto entre los hermanos fue precisamente la finca que Caba -íntimo amigo de Francisco- se suponía que había ayudado a vender a Juan Miguel poco antes de que fuera asesinado y que estaría valorada en más de un millón de euros.