
El prófugo Carles Puigdemont desconfía profundamente de las intenciones ocultas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. De ahí que trate de evitar la contaminación de la campaña catalana que arranca esta medianoche. Hasta el momento, el expresidente de la Generalidad había acaparado los focos con sus promesas de regresar a España para la investidura, pero el anuncio de Sánchez ha alterado por completo el panorama catalán.
"Ahora más que nunca hay que ser firmes frente a Madrid y sus crisis políticas inacabables porque lo que realmente está en juego es el futuro político de Cataluña, no el de un partido o un primer ministro. Quien quiera convertir las elecciones catalanas en un flotador del PSOE se equivoca mucho", manifestó Puigdemont en la red social X poco después de trascender la carta de Sánchez.
Desconec quines són les raons profundes que mouen Pedro Sánchez a obrir un període de reflexió sobre si val la pena continuar o no, però sovint acostuma a fer moviments tàctics que ningú no s'espera. En tot cas, és una decisió poc habitual en un dirigent polític de la seva…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) April 24, 2024
El dirigente separatista apunta también que si la jugada de Sánchez "no es un movimiento táctico y realmente la razón es la campaña de las derechas españolas en contra de su presidencia utilizando su familia -sé perfectamente qué se siente en ese caso- y cree que su liderazgo se ha debilitado como consecuencia de eso, siempre puede presentar una cuestión de confianza y aclarar todas las dudas que ha desatado con este movimiento imprevisto".
No obstante, Puigdemont no se fía de Sánchez y le indica que "por más salvajes y deshumanizadoras" que sean las críticas que recibe "la política española y mucha prensa de Madrid es una realidad muy salvaje, pero quien se mete ya lo sabe".
Temor a un plebiscito sobre Sánchez
A pesar de esta reacción de Puigdemont, en Junts no sólo existe el temor a que el movimiento de Sánchez condicione por completo las elecciones catalanas, que podrían convertirse en un plebiscito sobre la figura del presidente del Gobierno. También hay cierta inquietud por las afectaciones que una hipotética dimisión de Sánchez podría tener en la tramitación de la amnistía.
En ERC también se ha acogido el anuncio del líder socialista con suma cautela. De entrada, la secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, fugada en Suiza, ha afirmado que "empatizo con el dolor" de Sánchez, pero recuerda que a ella se le imputa un delito de terrorismo en la Audiencia Nacional y que "van pasando los años".
La tertuliana Pilar Rahola, uno de los referentes del ámbito posconvergente, también ha mostrado cierta distancia con Sánchez, cuya decisión califica de "espantada". "A la política se llega llorado" y "la campaña en su contra de la derecha feroz no es nada comparado con la brutal deshumanización que ha sufrido el presidente Puigdemont y su esposa, Marcela Topor", dice Rahola, quien además acusa al propio Sánchez y al PSOE de haber avalado esa supuesta deshumanización de Puigdemont.

