
Hace unos días varios cientos de personas se concentraron frente a Moncloa para defender a Israel, lo que ya es en sí es una noticia sorprendente. Pero había un detalle todavía más extraño: la iniciativa de la manifestación partió de una joven de sólo 18 años.
Se trata de Yael Streett Tejeda, madrileña, de padre israelí, madre española y, lógicamente, estudiante –de hecho, se acaba de enfrentar a la EVAU–. En Libertad Digital hemos querido conocerla y preguntarle cómo se ha lanzado a una aventura tan poco habitual para alguien de su edad, y no precisamente popular en España, y también para saber cómo es ser amigo de Israel para una joven como ella.
Pregunta: Yael, lo primero que quería preguntarte es que a mí me han dicho que tienes 18 años, pero me lo tienes que confirmar y decirme cuándo naciste.
Respuesta: Sí, nací el 30 de marzo de 2006 y he cumplido 18 años.

P.: ¿Y cómo es la experiencia de organizar una manifestación a tu edad?
R.: Pues es la primera manifestación que he organizado. Desde el 7 de octubre he ido a algún acto de Bring Them Home o de los secuestrados. Entonces –después del reconocimiento del Gobierno del Estado palestino– me pareció importante que hubiese una manifestación, hablé con algunos contactos, gente que ha organizado otras… y lo hice.
P.: ¿Por qué surgió?
R.: Surgió por dos razones: primero, el gobierno ya había tomado la decisión unilateral de reconocer un Estado terrorista. Y luego también vimos el vídeo de las cinco chicas israelíes secuestradas y violadas, grabado el 7 de octubre, y entonces me pareció que ese fin de semana era un buen momento para apoyar a Israel y para hacer el acto.
P.: ¿Fue idea tuya que fuese en Moncloa?
R.: Sí, sí, sí. ¿Y por qué? Pues porque el presidente del gobierno quería reconocer a Palestina y entonces, pues por eso, cogimos el sitio enfrente del Palacio de la Moncloa.
P.: ¿Qué tal resultó la manifestación? ¿Te quedaste contenta?
R.: Fue muy bien, vino mucha más gente de la que pensábamos que iba a venir, varios cientos de personas y pensábamos que iban a ser cincuenta o como mucho cien.
Y lo mejor es que éramos españoles y no españoles, judíos y no judíos. Lo mejor fue ver un apoyo de gente no judía, no israelí.
P.: ¿Qué les ha parecido a tus padres que te metas en esta aventura?
R.: Les parece bien. Mi padre es israelí y mi madre es investigadora del Holocausto y especialista y está muy metida en todo lo que tenga que ver con el antisemitismo. Entonces, pues sí, claro que le pareció bien.
P.: ¿Crees que antes del 7 de octubre se te podría haber ocurrido algo así?
R.: No, no creo. La verdad es que antes del 7 de octubre no sabía mucho tampoco del estado de Israel. He ido varias veces, sí, y lo conocía un poco, pero todo lo relativo a su historia me he enterado mucho más este año.
No sé, si hubiese habido alguna manifestación en contra del antisemitismo o a favor de Israel, probablemente hubiese ido, pero no creo que hubiese organizado yo misma algo.

P.: ¿Qué ha cambiado tras el 7 de octubre o qué has sentido tú que ha cambiado?
R.: He visto muchísimo antisemitismo, Hay gente que dice que el mundo se está volviendo loco y otra que piensa que el mundo siempre ha sido antisemita y que ahora está aprovechando la respuesta de Israel del 7 de octubre para mostrar su antisemitismo y su odio contra los judíos y contra Israel.
Y yo eso lo he notado mucho. He notado, en incluso por parte de gente conocida, de amigas, compañeros, profesores… un odio tremendo a Israel. También a muchos hablar del tema sin saber, sin haberse informado.
P.: ¿Y ese odio lo percibías como algo que te afectaba a ti directamente, se reflejaba en alguna forma de odio, desprecio, lo que sea, hacia ti? ¿ Te has sentido amenazada o has sufrido situaciones incómodas?
R.: Sí. Hace unas semanas que estoy llevando camisetas de Israel y pulseras y sí que veo que la gente me mira. Por el barrio donde vivo y el colegio al que voy, pues puedo ir, pero en algunos barrios no me metería con esta camiseta –lleva una camiseta negra con la bandera de Israel– y veo que mucha gente me mira. Nadie me ha dicho nada de las camisetas, pero sí que es verdad que voy así un poco asustada, voy como... preparada a ver si alguien me va a decir algo.
P.: ¿Y en el colegio también?
R.: Sí, algunos me han dicho alguna cosa antisemita.
P. ¿Por qué es tan importante para ti llevar esas camisetas?
R.: Mi madre ha estudiado mucho el Holocausto y a mí también me interesa bastante el tema y una cosa que ves cuando lo estudias es que mucha gente se quedó callada en el Holocausto. No dijeron nada, no contaron lo que estaba pasando o no mostraron su apoyo hacia los judíos por miedo.
Así que muchas veces la gente al final se calla, es decir, puede ser que apoyes a Israel, pero te callas porque te da más miedo lo que te van a decir otras personas. Y por eso yo creo que es muy importante mostrar mi apoyo, es muy importante que la gente, judía o no, muestre que apoya a Israel.
Yo no me quiero quedar callada, no quiero recordar que me quedé callada en esta ola de antisemitismo, que es la más grande de después del Holocausto, quiero recordar que pude hacer algo, todo lo que he podido, para apoyar a Israel.
P.: ¿Crees que es más difícil ser judío en España desde el 7 de octubre?
R.: Yo creo que sí y que hay gente que lo esconde, es algo más difícil. Mira, por ejemplo, como mi nombre es Yael muchas veces me han preguntado por él porque no es habitual en España. Después del 7 de octubre ya no me pongo a explicar que es de Israel o que es hebreo.
Y también tengo amigos judíos, de fuera de España, que también ahora les da miedo ir con su estrella de David, así que sí, yo creo que la gente intenta estar más callada, por si acaso.
Otra cosa es cada uno ahora se está dando cuenta de quiénes son sus amigos y quiénes no. Con tanto antisemitismo y odio por ahí al final te das cuenta de quiénes son tus amigos de verdad. Y por eso yo creo que la gente está empezando a juntar más con gente pro-Israel y a conocer a más gente judía.
En fin, que hay un odio muy fuerte que es muy difícil de cambiar y yo creo que hay que ir aprendiendo a saber con quién te vas a relacionar.

P.: ¿Tú has perdido amigos?
R.: Sí, yo sí. He tenido peleas con amigos, compañeros y también con amigas. Por antisemitismo, por cosas que han subido a Instagram o por cosas que me han dicho.
P.: Me has dicho que había un surgimiento, una ola de antisemitismo. ¿A qué crees tú que se debe más allá del 7 de octubre y la guerra?
R.: Yo creo que entre que en muchos medios se manipula para mostrar solamente cierta información y esconder otra. Además, también estamos en una época en la que la gente sólo ve Instagram o TikTok y realmente no busca información.
Entre esto y lo que hacen los medios la gente que no sabe mucho o directamente nada. Tampoco han estado en Israel ni tienen idea sobre la cultura judía o la religión judía y probablemente tampoco tendrán amigos judíos, porque somos sólo unos 10.000 en Madrid.
P.: Y además, muchas veces tampoco parece que les interese aprender, ¿no?
R.: Por ejemplo, hace unos días una profesora llevaba una chapa promoviendo el antisemitismo y el terrorismo. Intenté hablar con ella y decirle que mis hermanos y no nos sentíamos bastante ofendidos, porque somos los únicos alumnos judíos en el colegio, intenté mantener una conversación, poner las cosas así un poco claras, pero no, no quieren escuchar y yo no noté que tampoco sabía mucho del tema.
Es verdad que he hablado también con algún profesor o algún adulto y algo más saben o se informan en más medios que gente mi edad, pero en general yo creo que no se conoce mucho.
P:: ¿Has tenido problemas o encontronazos con los profesores, aparte de ese encuentro, has notado un cambio?
R.: Bueno, algunos profesores yo sé lo que opinan porque lo medio expresan en clase, pero luego sí que es verdad que he tenido profesores muy majos que me apoyan y que lo han mostrado.
Y también el colegio: dos semanas después del 7 de octubre pedí hablar en mi clase de inglés y mi profesor me dejó hablar del tema. Luego quise hablar con el resto de la clase y aunque al principio dijeron que no, luego sí que me dejaron.