Marta Rovira ya está en España: primer ensayo para el recibimiento a Puigdemont

Jolgorio en el independentismo. Marta Rovira es la primera golpista fugada que regresa a España libre de cargos, a diferencia, por ejemplo, de Clara Ponsatí y la actual consejera de Exteriores de la Generalidad Meritxell Serret. Sobre las ocho y media de la mañana Rovira y su séquito (le acompañan el diputado de ERC Rubén Wagensberg, el vicepresidente de Òmnium Oleguer Serra, el periodista Jesús Rodríguez y el empresario Josep Campmajó, todos ellos investigados por terrorismo) han cruzado la frontera y han puesto rumbo al pueblo ampurdanés de Cantallop, donde la familia de Wagensberg tiene casa.

Antes de cruzar la frontera, la comitiva ha sido recibida por una delegación unitaria del independentismo, con representantes de Junts, ERC y la CUP. Por parte de Junts, el secretario general Jordi Turull y el fugado Lluís Puig. De ERC estaba el consejero en funciones de "Acción Climática" (Agricultura), David Mascort, y de la CUP estaban la reaparecida Anna Gabriel, David Fernández y Carles Riera.

Tras los abrazos, fotos y vivas de rigor con la estelada en ristre, Rovira y compañía han marchado a Cantallops para que Wagensberg, que sólo llevaba desde Navidad en Ginebra, se encontrara con su familia. La intención es ir luego a Vich para que Rovira visite a sus padres. Ya por la tarde están previstos más homenajes en las sedes de Òmnium y de ERC.

Rovira tiene previsto seguir con su agenda política. Esta misma tarde dirigirá una reunión de la dirección del partido para abordar entre otros temas las campañas de falsa bandera que propiciaron la dimisión del viceconsejero de Estrategia y Comunicación de la Generalidad, Sergi Sabrià, la preparación del congreso extraordinario del 30 de noviembre y las negociaciones con los socialistas para la investidura de Salvador Illa. Al respecto y además de la financiación "singular" para Cataluña, ERC pretende ahora que la Generalidad participe en la gestión del aeropuerto de El Prat. Marta Rovira también será recibida y homenajeada en la Generalidad. El independentismo ha preparado los actos de recibimiento como si fueran un ensayo general para el regreso de Puigdemont, aunque en el caso del expresidente de la Generalidad su retorno se puede demorar meses e incluso años hasta que se resuelva la maraña judicial que rodea la aplicación de la ley de amnistía, recurrida ayer mismo por el Tribunal Supremo ante el Constitucional por vulnerar el principio de igualdad ante la ley.

A diferencia de Rovira, sobre Puigdemont recaen aún dos cargos, el de malversación por la organización del referéndum ilegal del 1-O y el de traición por sus reuniones con emisarios rusos también en octubre de 2017.

Marta Rovira faltaba de su domicilio desde marzo de 2018, cuando decidió fugarse en Suiza y no comparecer ante el Tribunal Supremo por temor a correr la misma suerte que Oriol Junqueras, Raül Romeva y los Jordis, entre otros.

Rovira tuvo un papel fundamental para que Puigdemont no convocara elecciones autonómicas tras el golpe de Estado y diera curso a la proclamación de independencia en el Parlamento catalán. Rovira protagonizó auténticas escenas con gritos, llantos, portazos y lanzamientos de botellas de plástico para tratar de forzar la proclamación mientras su entonces jefe, Oriol Junqueras, se negaba a dar su opinión ante Puigdemont.

Ahora ha trascendido que Rovira montó una estructura paralela a la dirección de ERC que ha sido la que ha guiado los designios del partido desde 2018. Esta estructura marginó a Junqueras, acusándolo de desidia.