
Esquerra Republicana (ERC) ha denunciado a su exdirector de comunicación Tolo Moya y le ha rescindido el contrato como asesor en la Diputación de Barcelona por la filtración de un audio en el que cuatro dirigentes del partido se conjuran para tapar el caso de los carteles contra los hermanos Maragall o, en caso de que se supiera que la campaña era de ERC, trazar un cortafuegos para paliar daños.
La dirección del partido, que ejerce la secretaria general Marta Rovira, cree que ha sido Moya el autor de la filtración recogida por medios como el diario nacionalista Ara (Ahora) y la emisora del grupo Godó Rac 1.
El audio corresponde a una reunión entre Sergi Sabrià, en aquel momento viceconsejero de Estrategia y Comunicación de la Generalidad, el vicesecretario de Comunicación del partido, Oriol Duran, el gerente y vicesecretario de Finanzas, Jordi Roig y el propio Tolo Moya el pasado 8 de febrero. De la conversación se infiere que el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, conocía el origen de los carteles (que incluían la foto de los hermanos y la leyenda "Fora l'Alzhéimer" de Barcelona) que se atribuían a la iniciativa de un militante del partido en Igualada. También se deduce la existencia de una estructura paralela para acometer ese tipo de campañas y que los presentes temían que la investigación de los Mossos acabara descubriendo que los carteles habían surgido del partido con la intención de victimizar al que entonces era su candidato para la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragall.
En aquella reunión, los cuatro maquinan un plan para informar a Maragall y que este retire la denuncia para evitar el escándalo. También se conjuran para echar las culpas al militante, que actuaría como parapeto o "cortafuegos" a fin de que el escándalo, si estallaba, no salpicara a la dirección del partido. De sus palabras se deduce que están al tanto de los pormenores de la investigación de los Mossos, controlados por ERC a través de la consejería de Interior.
La filtración que se atribuye a Moya forma parte de la guerra sucia en el seno de ERC entre los partidarios de Marta Rovira y los de Oriol Junqueras, que dejó la presidencia del partido tras las elecciones europeas con el propósito de volver a presentarse al cargo en el congreso extraordinario de la formación previsto para el próximo 30 de noviembre.
En relación al escándalo, Junqueras y cuatro militantes del partido firman una carta publicada este miércoles en La Vanguardia en al que se muestran indignados por el caso pero exoneran a Marta Rovira, y a ellos mismos de paso, de cualquier responsabilidad: "Estamos convencidos de que ni la secretaria general ni la mayoría de la ejecutiva nacional estaba al corriente de tal conjura y de sus actividades, como tampoco lo sabíamos ninguno de los abajo firmantes". Además, señalan que los hechos "estropean la reputación de las siglas de ERC" y que "una cosa es que durante las campañas electorales se organice el activismo de redes como respuesta y movilización del electorado con contenidos específicos monitorizados y fiscalizados; y la otra muy diferente es que malas praxis ocultas superen los límites de la ética republicana".
En la carta también dan por sentada la existencia de una estructura paralela en el partido para atacar a propios y extraños: "Condenamos de forma radical cualquier funcionamiento (al margen de los órganos de control y de la transparencia que exigimos a nuestros electos y gobernantes) de estructuras paralelas y plenipotenciarias, con carácter permanente y recursos ilimitados, para generar campañas en contra de rivales externos, o que incluso pueden ser compañeros de partido".
Archivo judicial y policial
El juez archivó el caso tras la retirada de la denuncia que había puesto Ernest Maragall, que fue sensible a las presiones de los dirigentes de su partido para que aceptara las disculpas. En ese punto, los Mossos también archivaron la investigación a pesar de los indicios de que se habían girado facturas falsas primero para pagar los carteles y su pegada y después para comprar el silencio de quienes habían llevado a cabo la acción.
Los tres jóvenes que colocaron los carteles cobraron en torno a cincuenta mil euros. Según informó La Vanguardia, los Mossos tienen acreditados pagos de una empresa vinculada a ERC, Relevance Marketing SL, a estos individuos a través de facturas falsas que giraba uno de los jóvenes al que un "dirigente de ERC" le dijo que se diera de alta como autónomo. Se le proporcionó también un Iphone 13 y se le dieron instrucciones para que se comunicara a través de una aplicación de mensajería que destruye los mensajes inmediatamente. A pesar de esos datos, en la actualidad no hay investigación policial ni causa judicial alguna relacionada con estos hechos.

