
Novedades en la guerra sucia de Esquerra Republicana (ERC). El partido colgó un muñeco de Junqueras de un puente y pintó la frase "Junqueras, púdrete en la cárcel" dos días antes de las elecciones europeas de 2019, que se celebraron el 26 de mayo. Oriol Junqueras acababa de ser juzgado junto a una docena de golpistas por la asonada del 2017 y había sido trasladado a la cárcel de Lledoners a la espera de sentencia. Su partido le había designado cabeza de cartel para las europeas, a las que acudía con Bildu y el BNG. El liderazgo del independentismo estaba en juego, puesto que a esas elecciones también concurría Carles Puigdemont, su gran enemigo.
El 24 de mayo de 2019, Gabriel Rufián, destacado junquerista, daba la voz de alarma en la red social que entonces se llamaba Twitter. Junto a una foto de la escena, escribía: "Así ha amanecido una de las calles del pueblo de Oriol Junqueras. Calles por las que sus hijos pasan cada día para ir al colegio. Lo pongo al menos aquí porque igual se les olvida contártelo y si fueran otros te lo pondrían hasta en el teletexto".
Así ha amanecido una de las calles del pueblo de Oriol Junqueras. Calles por las que sus hijos pasan cada día para ir al colegio.
Lo pongo al menos aquí porque igual se les olvida contártelo y si fueran otros te lo pondrían hasta en el teletexto. pic.twitter.com/HKpeS92JPk
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) May 24, 2019
En aquella época eran habituales las amenazas contra los políticos constitucionalistas. Inés Arrimadas era recibida en los pueblos con una hostilidad no vista desde los tiempos del acoso terrorista a los no nacionalistas en el País Vasco. Oriol Junqueras, que ya gozaba de un trato preferente en la prisión de Lledoners, en manos de la Generalidad, declaraba en la emisora Rac 1, del grupo Godó, que esas cosas no debían pasar nunca, pero que daba igual. "Nosotros somos valientes y con nosotros ganará el conjunto de la sociedad, incluso los que cuelgan carteles con mi nombre, que seguro que nadie querría que su hijo viese esta imagen", manifestaba Junqueras.
Pues todo era un montaje. Esa misma radio es la que ha informado este miércoles de que esa movida del muñeco, los tuits y las declaraciones respondían a una producción de "la B", que es como entre los entendidos de ERC se conoce al grupo dedicado a las campañas de falsa bandera. El muñeco era de ERC, la pintada, en español, era de ERC. Una más, como la de los carteles de los hermanos Maragall y la frase "Fora l'Alzhéimer de Barcelona". O los billetes falsos de cincuenta euros con el rostro de Laura Borràs. O como los mariachis en la sede de Junts cuando el partido decidía si se quedaba o se iba del Govern.
La guerra entre junqueristas y roviristas ha provocado un desbordamiento de la fosa séptica del partido. Junqueras, que parecía no estar implicado en las campañas, aparece ahora como uno de sus beneficiarios. Si los junqueristas decían que Rovira tenía que estar al tanto de la existencia de estas campañas, los roviristas responden que Junqueras también lo sabía.
El partido está en sus horas más bajas mientras negocia con los socialistas la investidura de Salvador Illa. Marta Rovira es quien capitanea esos contactos, en los que parece que la soberanía fiscal (el concierto vasco) es la condición sine qua non de ERC para investir al candidato socialista. Junqueras, por su parte, recorre los pueblos reuniéndose con militantes y dice que ya tiene dos mil avales. En un solo mes. ERC tiene, según sus cifras, 8.300 afiliados. Y si no se tuerce la negociación con los socialistas, votarán sobre el acuerdo el 1 de agosto.
Ese es el cuadro de ERC que espera a Pedro Sánchez en su visita a la Generalidad.