El Gobierno blindó en septiembre de 2022 el acuerdo de Pedro Sánchez con la OMT para pagar, con cargo a los presupuestos nacionales, un puesto de 150.000 euros al año como supuesto "experto" en coordinación con la Organización Mundial de Turismo con el objetivo de "desarrollar los ODS, reto demográfico y turismo rural", justo un área en el que desarrolla su labor de asesoría Begoña Gómez y que se ha catapultado, justo también, de la mano de la OMT.
Realmente, el acuerdo se realizó antes y fruto de él, Isabel Oliver, exsecretaria de Estado de Turismo –que fue cesada a raíz del escándalo de los sellos 'Responsible Tourism', destinados a los establecimientos que seguían las guías sanitarias durante el covid– se dedica a responder a los "intereses de la OMT" que comanda Zurab Pololikashvili, como señala expresamente su contrato. Pues bien, Pololikashvili es el mismo que impulsó Wakalua de la mano de Globalia –sociedad que patrocinó el Africa Center de Begoña Gómez– y que apadrinó a la mujer del presidente incluso en viajes a países africanos y en rondas de ministros de esos mismo países para que la mujer del presidente lanzara sus actividades y negocios profesionales. Y, además de ese detalle, Oliver es íntima de Francina Armengol, presidenta del Congreso en estos momentos y salpicada por el escándalo de la trama Koldo-PSOE.
Isabel Oliver tuvo que ser apartada de su cargo ante el escándalo de su distintivo covid. Las empresas podían obtener el citado distintivo impulsado oficialmente por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo con una mera "declaración responsable" de adopción de los protocolos sanitarios. Duró un mes ante la evidencia de que el distintivo no garantizaba nada: su propio Gobierno bloqueó el invento al cerciorarse de que estaban accediendo al sello hasta usuarios falsos. Pero Oliver era cercana a Sánchez y afín a la moda de los ODS y la Agenda 2030 con la que impulsa su labor profesional la mujer del presidente. Y el Gobierno afirmó oficialmente que el cambio venía provocado por el paso de Oliver a un cargo "de relevancia internacional" en la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Oliver tenía más avales que la convirtieron en la persona perfecta para ganarse la confianza de la OMT y digna de la necesidad de discreción de sus actividades: Oliver es íntima de Francina Armengol. Es afiliada al PSOE, ha sido secretaria de política económica de la Federación Socialista de Mallorca, y presidenta del Consejo Político del Partido Socialista de las Islas Baleares PSIB de 2008 a 2012, momento en el que asumió la Secretaría de Organización. En esa época, de hecho, se fraguó su gran amistad con Armengol.
Ella había sido, además, secretaria general técnica de la Consejería de Turismo del Gobierno Balear entre 1999 y 2003 bajo el gobierno regional de Francesc Antich. Entre junio de 2003 y abril de 2004 fue concejala en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca. Y más tarde ocupó el cargo de diputada por Mallorca entre 2004 y 2008. Todo un cartel de fidelidad socialista.
De 2007 a 2012 ocupó la consejería de Economía y Turismo del Consejo Insular de Mallorca. En junio de 2011 entró como diputada autonómica asumiendo la portavocía de la Comisión de Turismo. Y ya en junio de 2018 fue nombrada Secretaria de Estado de Turismo en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de Reyes Maroto.
Y ahora su cargo en la OMT es una carga más en los presupuestos nacionales y un nuevo ofrecimiento a la OMT del aliado de Begoña Gómez: el coste anual de 150.000 euros lo pagamos todos los contribuyentes.
El desglose inicial de su sueldo mostraba que el Gobierno –es decir, el contribuyente– pagaba un sueldo anual de 123.335 euros a la exsecretaria de Estado de Sánchez, más 9.460 euros de seguro médico y 3.569 euros de "otros gastos (representación, viajes, publicaciones)", según recogió el texto del acuerdo, que entró en vigor en diciembre de 2020. El presupuesto hizo hueco para otro 10% destinado a costes de apoyo en la gestión de la OMT: 13.636 euros al año. De esa manera, el cargo, que trabajaría para impulsar la labor de la OMT en materia de ODS no ocuparía un puesto en la estructura de la OMT, sino en la nómina del Estado español.