
Aunque es evidente que el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero está intimamente ligado a la política Exterior del actual Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez, existen dudas sobre su papel internacional que los socialistas se niegan a despejar. Sobre todo, en torno a las misteriosas visitas que han llevado al ex líder del PSOE a visitar países como Venezuela, China o Marruecos.
Según el Real Decreto 405/1992 que regula el Estatuto de los expresidentes del Gobierno, sabemos que Zapatero –al igual que cualquier otro ex jefe del Ejecutivo— goza del apoyo de representación diplomática de las embajadas españolas en sus visitas al extranjero. Además, se regula que los expresidentes cuentan con la posibilidad de contratar a dos asesores, una dotación para gastos de oficina, un automóvil con conductores de la Administración y con la seguridad que el Ministerio del Interior considere oportuna. Todo ello, costeado por las arcas públicas.
Por todos estos beneficios que han de ser proveídos por el Estado a los expresidentes del Ejecutivo, se puede intuir que el Gobierno conoce a la perfección los movimientos del ex líder socialista. Sin embargo, el Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez se ha negado a facilitar información exacta sobre el papel que juega Zapatero en la política exterior del Gobierno durante esos viajes a estos países dictatoriales que tanto el expresidente como el actual Gobierno intentan esconder.
En concreto, se desconoce si Zapatero informa directamente al Palacio de La Moncloa, si éste es enviado directo de Sánchez a estos países para ofrecer apoyo a las embajadas españolas o si finalmente reporta su gestión a los dirigentes socialistas una vez finalizado el viaje. Estos hechos son llamativos y muy irregulares.
En la misma línea, no se ha determinado si Ferraz ha tenido interlocución directa con el expresidente durante el proceso llevado a cabo por el dictador Nicolás Maduro para realizar un fraude electoral y posteriormente utilizar a Zapatero como intermediario con el líder opositor, Edmundo González, haciéndole firmar, mediante coacciones, su renuncia a la presidencia tras haber sido elegido por los venezolanos. La misma incógnita surge sobre el viaje que Zapatero realizó a China, país con el que tuvo una estrecha relación durante su presidencia, como antesala al viaje que posteriormente ha realizado Pedro Sánchez.



