Justo cuando empezaba a sonar en las quinielas para ser el próximo secretario general del PSOE-Madrid, el horizonte político se le complica al actual ministro de Transformación Digital y Función Pública. Y puede que también el judicial. Y es que Óscar López está en estos momentos en el centro de algunas de las tramas más sonadas, que acaban convergiendo en Pedro Sánchez.
Dos son las que pueden terminar por salpicarle de lleno. Por un lado se sitúa la filtración de los datos reservados del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador. Por este hecho están actualmente imputados por el Tribunal Supremo el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. El actual líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, ha sido citado a declarar el viernes como testigo .
Esta citación del juez de la Sala de lo Penal del Alto Tribunal, Ángel Hurtado, se produce después de la exclusiva publicada por ABC en la que se desvelaba que Presidencia del Gobierno se encontraba tras la filtración de la información confidencial. El email del abogado de González Amador salió de la Fiscalía el pasado 13 de marzo y habría ido a parar a la Moncloa, donde diseñaron una estrategia para que fuera Juan Lobato, portavoz del PSOE en la Asamblea, el que lo mostrara en la sesión de control del 14 de marzo.
Esa estrategia se la hizo llegar a Lobato Pilar Sánchez Acera, en esos momentos jefa de Gabinete de Óscar López, quien a su vez ostentaba el cargo de director de Gabinete de Pedro Sánchez. Hoy López es ministro y su nombre suena con fuerza desde hace unas semanas para ser el candidato de Ferraz y disputarle el puesto a Lobato al frente del partido en Madrid.
El líder de los socialistas madrileños puso resistencia a ser él quien mostrara el email por lo que Moncloa decidió filtrarlo a medios afines, que hasta ese momento – el 14 de marzo a primerísima hora de la mañana- no habían reproducido el documento. Así, una vez que fue publicado por dichos medios, Lobato se decidió a mostrarlo en la Asamblea. Cuando el caso pasa al Tribunal Supremo y éste ordena el registro del despacho del fiscal general del Estado y de la fiscal jefe provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, Lobato acude a una notaría en la que levanta acta de esos mensajes de wasap. Lo hizo a la semana siguiente a ese registro, según publica ABC, y cuando aún no se había filtrado el nombre de López para tratar de moverle la silla.
Lobato acudirá pues el viernes al Supremo a declarar como testigo, por lo que está obligado a decir la verdad. De lo que diga en su declaración depende no sólo que salga como imputado sino también puede provocar que el Alto Tribunal acabe llamando a Pilar Sánchez Acera, la asesora de Óscar López que envió a Lobato el documento y le pidió que lo utilizara contra Ayuso en la Asamblea. La lógica indica que una fontanera del Gobierno no toma por sí sola una decisión de esta envergadura. Su superior directo era el entonces jefe de Gabinete del presidente del Gobierno que hoy se sienta en el Consejo de Ministros.
Begoña Gómez y la asesora de Moncloa
Pero no es ésta la única situación comprometida, en lo legal, en la que se encuentra Óscar López. Este martes, poco después de la declaración de Lobato ante los medios, Begoña Gómez aportó al juez Juan Carlos Peinado una serie de correos electrónicos para intentar demostrar que ella solo firmó "el pliego de prescripciones técnicas" del software que se desarrolló para su máster en la Complutense porque "así se lo indicó expresamente" la Universidad. El problema está en que los mensajes, a los que ha tenido acceso Libertad Digital, también prueban que utilizó a la directora de programas de Presidencia del Gobierno, María Cristina Álvarez Rodríguez, para estas gestiones de carácter privado.
Esta utilización de una asesora del Ministerio de Presidencia - al menos entre julio de 2020 y febrero de 2024, según los testimonios y documentos incorporados a la causa - como asistenta personal en los negocios privados de la mujer de Pedro Sánchez abre la puerta a la imputación de sus superiores jerárquicos por un delito de malversación de caudales públicos, según explicaron fuentes jurídicas al El Confidencial. Y entre ellos estaría Óscar López. No sería el único. Álvarez Rodríguez también habría estado bajo las órdenes de Félix Bolaños o Francisco Martín, actual delegado del Gobierno.
Así las cosas, la cuestión ahora es dilucidar quién podría ser el candidato alternativo, ya que los tres nombres que sonaban tienen un futuro incierto. Óscar López y Félix Bolaños serían los más perjudicados si se confirma que Moncloa filtró información confidencial.
Bolaños, ministro de Justicia, es el principal defensor del fiscal general y bajo su mando estuvo Álvarez Rodríguez. Y dentro de la lucha por el control del PSOE-M, el hombre de Bolaños es Francisco Martín, también salpicado por esto último. Además, su candidatura no genera mucho entusiasmo fuera de su entorno cercano.