
El grupo de la UCO que instruye la trama del PSOE avanza en una peligrosa línea de investigación para el Gobierno: la de los chivatazos a la trama. Los investigadores creen que hubo distintas fugas de información.
Una desde Hacienda, en el momento en el que se comprobaron los beneficios de las empresas ligadas a la red de presunta corrupción. Y otra desde Interior, en concreto, desde la propia Guardia Civil, pero con acceso a datos de la Policía Nacional.
Para colmo, en 2021 Pedro Sánchez apartó del Ministerio de José Luis Ábalos -pese a que lo mantuvo como diputado incluso en las listas electorales de 2023-, lo que apunta a una coordinación a gran escala de la red de chivatazos.
Grabaciones clave
Y esa tesis se refuerza con unas grabaciones detectadas por la UCO: unas en las que uno de los agentes implicados en la red de chivatazos apunta a un plan superior y "gordo" para que la Justicia no cazara a la trama.
La grabación corresponde a una conversación de noviembre de 2023. En ella uno de los agentes coordinados con el comandante de la Guardia Civil, Rubén Villalba, -el principal encargado de los chivatazos a la trama- muestra su temor a ser cazados. Y en un momento dado desliza que todos son conscientes de que "también te digo, van a buscar a ver si algún pelado ha hecho esto cuando el aviso gordo lo tenían... por lo que lo tenían... ¿no?".
Traducido: el agente en cuestión deja claro ante el resto del grupo de chivatazos de que ellos eran meros peones, pero que había una orden superior y "gorda" para advertir a la trama y que eludiera la investigación de la Justicia.
Detalles del informe de la UCO
El informe de la UCO lo relata de la siguiente manera: "Continuando con la cronología de los hechos, alrededor de noviembre de 2023, RUBÉN [Villalba], mediante llamada telefónica, sería advertido por parte del AGENTE 1 para que tuviese cuidado en su relación con KOLDO y ALDAMA".
El documento recoge, así, un "extracto del contenido" de una grabación: "[...] Koldo tiene o tenía hasta noviembre 2023 una gran admiración por la Guardia Civil y una amistad personal muy estrecha conmigo que tal vez se haya deteriorado tras mi actitud de bloqueo a principios de noviembre 2023. […]", señala uno de los agentes [A1].
"[...] A1: No digo, que nos quitamos un poco de en medio de…
R [Rubén Villalba]: Noviembre, noviembre, diciembre, enero y todo febrero.
A1: Si hemos sido nosotros. Porque al final, alguien te puede enmerdar. O sea, lo que yo no quiero es que me enmierden. Entonces, yo necesito saber si alguno de esos chequeos ha salido positivo, ya está, ya está. Porque si no ha salido positivo, desde luego... eh, yo no sé... yo no soy culpable...yo no soy culpable de una parte de lo que pretenden esclarecer que es quién ha avisado". El informe plasma, así, el miedo a que les cazaran. Y en ese momento desliza la citada frase: "Que también te digo, van a buscar a ver si algún pelado ha hecho esto cuando el aviso gordo lo tenían... por lo que lo tenían... ¿no?".
El "aviso gordo", por lo tanto, no era el suyo. Debía ser de alguien claramente más alto. Y por encima de la Guardia Civil es fácil establecer la jerarquía política.
Acceso a archivos policiales
Hay que recordar que la trama tuvo acceso a archivos policiales para saber si les seguía la Policía o la Guardia Civil y para hacer espionajes, por ejemplo, al inspector que puso por primera vez su vista en las sociedades de los contratos de mascarillas.
El sistema de chivatazos fue tan evolucionado que, directamente, Aldama fue dado de alta en el mecanismo de alertas automáticas. Todos esos sistemas y archivos estañan custodiados por cuerpos que dependen del Ministerio del Interior, otro de los implicados en las compras de material contra el covid vendido por la red de Koldo García Izaguirre, Aldama y José Luis Ábalos.
Y una anotación realizada por la UCO al juez instructor ha dejado constancia de un dato más: "Cabe reseñar que, a pesar de haberse producido estas alertas en el sistema referido, la Unidad de RUBÉN no interesó esta circunstancia a esta Unidad instructora".
Rubén era Rubén Villalba, el comandante de la Guardia Civil que, una semana después del encuentro de Víctor de Aldama con Begoña Gómez en San Petersburgo (septiembre de 2019), empeñó a dar chivatazos y a pasar información a Aldama para que eludiera los controles de la Justicia o de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
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