Las agresiones a guardias civiles se disparan. Suman ya 1.404 casos y en los últimos dos años el crecimiento de los ataques ha sido del 34%. Pero, pese a ello, la respuesta del Gobierno es la misma: se sigue negando al reconocimiento como profesión de riesgo.
JUCIL, la asociación mayoritaria de la Guardia Civil, ha denunciado oficialmente el fuerte aumento de las agresiones a los guardias: se han disparado un 18% solo en 2024, sumando ya un total de 1.404 casos por año. La escalada sitúa ya 2024, de hecho, como el año récord. En 2021 se situaron las agresiones en 1.051 y en 2022 fueron 1.193.
Una creciente falta de respeto a la autoridad
De este modo, sólo en los dos últimos años, la cifra ha aumentado un 34%, "reflejando la creciente falta de respeto y el deterioro del principio de autoridad de los cuerpos policiales del Estado, que observan frecuentemente como los efectivos deben ser atendidos por los servicios médicos por lesiones recibidas durante la jornada laboral", recuerda JUCIL. Frente a este notable aumento, los atentados con armas han experimentado un descenso del 23%, con 36 casos registrados en el último ejercicio. Lo que implica que la pérdida de respeto se ha convertido en una tónica generalizada en el día a día.
Melisa Carmona, secretaria nacional de Prevención de Riesgos Laborales de JUCIL, asegura que "resulta importante abrir un debate sobre la necesidad de endurecer las penas por cometer delitos contra agentes de la autoridad y que se reconozca a la Guardia Civil como profesión de riesgo, tal y como ya ocurre con otros cuerpos como policía autonómica y local. Este reconocimiento es fundamental para garantizar la protección y seguridad de los guardias, así como para dotarlos de los medios adecuados para afrontar su trabajo en condiciones dignas".
Solicitud de materiales adecuados
Además, desde JUCIL reclaman la adopción de "medidas materiales y de prevención adecuadas, que permitan a los guardias civiles desempeñar sus funciones con la seguridad que merecen. Es imprescindible que el Gobierno actúe de inmediato para proporcionar recursos y herramientas que minimicen los riesgos a los que están expuestos los agentes".
En este sentido, JUCIL considera imprescindible la "dotación de defensas extensibles, una por cada Guardia Civil; pistolas eléctricas paralizantes para cada patrulla; cámaras unipersonales; chalecos antibalas individuales, pues actualmente se comparten y muchas veces utilizando otras tallas; chalecos antibalas y trajes de flotabilidad para el Servicio Marítimo; fundas de pistola antihurto y vehículos modernizados". Además, la asociación de Guardia Civil solicita "protocolos de custodia de detenidos y evitar desplazamientos en solitario de un único efectivo".
Con más de 15.000 miembros, JUCIL es la asociación profesional más representativa de la Guardia Civil. Esta asociación recuerda que sus tres grandes objetivos son "la equiparación salarial con otros cuerpos policiales, mejorar las condiciones laborales de los miembros de la Guardia Civil y defender el despliegue eficaz y la dotación adecuada del cuerpo en el ejercicio de las competencias que tiene legalmente atribuidas".