El caos desatado este lunes en el AVE ha vuelto a poner sobre la mesa tanto la cuestionable gestión ferroviaria del Gobierno como las reiteradas contradicciones que existen en su seno cada vez que se produce un incidente que cuestione su proceder.
Al menos 10.700 viajeros y 30 trenes se han visto afectados este domingo por el robo de cable en cinco puntos de la provincia de Toledo que ha terminado cortando la circulación de los trenes que enlazan la capital con Andalucía de la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla. Sin embargo, a esta hora, ni existe consenso sobre el móvil de dicho robo, ni tampoco parece estar claro qué es lo que ha causado exactamente el colapso de la red.
El origen del caos
Aunque a media tarde del domingo Renfe informaba a través de un comunicado de que las incidencias habían sido provocadas por el robo de cable en cinco puntos de la provincia de Toledo, el presidente de la compañía puntualizaba horas más tarde de que lo que dinamitó todo fue realmente el enganchón de un tren Iryo a la catenaria, lo que habría dejado sin energía a los trenes.
Esta versión, sin embargo, habría sido desmentida por la propia compañía. Según el diario ABC, fuentes de Iryo aseguran que, cuando se produjo el suceso, el tren estaba parado por la ralentización del tráfico que provocó el robo de los cables, y fue cuando reanudó la marcha cuando se detectó la falta de tensión en la catenaria. "Es imposible que fuera un enganchón porque, para que se produzca, el tren tiene que ir a más velocidad", explican al diario los expertos.
¿Móvil económico o sabotaje?
Respecto al robo de cable, tampoco está claro todavía si quienes lo perpetraron lo hicieron con un objetivo económico o con otro tipo de interés, tal y como ha sugerido el ministro de Transportes, Óscar Puente, que ha cifrado el beneficio económico para los ladrones en 1.000 euros.
"Esperaremos a ver si tiene un interés económico, que es mínimo, o tiene un interés de otro tipo", ha dicho en distintas entrevistas concedidas a Onda Cero y la Cadena SER, en las que se ha esforzado en subrayar que "las primeras diligencias apuntan a un sabotaje".
Según ha explicado, los delincuentes "han ido a tiro hecho, a por las cajas de seguridad" y "de forma coordinada" en zonas en las que además no hay cámaras y con medios para cortar las alambradas y diseccionar el cable, por lo que, a su juicio, todo apunta a un "acto deliberado" al tratarse de un tramo "crucial" para la circulación y en plena operación retorno por el Puente de Mayo. En cualquier caso, la zona afectada ya habría sido atacada el año pasado, cuando los delincuentes lograron desmontar cerca de 15 kilómetros de línea de alta tensión para llevarse el cable de cobre.
Un plan de respuesta de 2015
Ante las numerosas incógnitas que quedan por despejar, el Ministerio del Interior ya ha anunciado la apertura de una investigación. "Guardia Civil y Policía están en contacto con Adif y resto de las autoridades afectadas para aclarar lo sucedido e identificar a los responsables", ha escrito el departamento dirigido por Fernando Grande Marlaska en su cuenta de X.
✅ La @guardiacivil abre una investigación sobre el robo del cableado de cobre que ha afectado a la red de alta velocidad.
✅ Guardia Civil y @policia están en contacto con @Adif_es y resto de las autoridades afectadas para aclarar lo sucedido e identificar a los responsables. pic.twitter.com/eZ1W3RZU1L
— Ministerio del Interior (@interiorgob) May 5, 2025
Ambos cuerpos mantienen activo desde hace 15 años el llamado "Plan Permanente de Respuesta de Actividades Ilícitas relacionadas con el Cobre", impulsado por el Gobierno del entonces presidente Mariano Rajoy para "evitar la aparición o consolidación de grupos u organizaciones relacionadas con la apropiación, receptación, comercio o cualquier disposición ilegal de cobre en sus diversas formas".
El Plan contempla herramientas para mejorar la investigación de este tipo de robos de cobre como un censo de industrias, depósitos, redes de distribución, de servicios y otras instalaciones donde se fabrique, procese, utilice o almacene el cobre que es susceptible de ser sustraído. Sin embargo, la realidad es que este tipo de actuaciones se han incrementado en los últimos años.