La presidenta de las Cortes, Francina Armengol, en un debate muy complicado para Pedro Sánchez, comenzó el pleno anunciando que durante esta jornada interrumpiría a los portavoces en sus réplicas al presidente del Gobierno cuando concluyeran los 20 minutos pactados para cada intervención. La socialista aprovechó el turno de Alberto Núñez Feijóo para avisar de que la intervención debía concluir al encenderse la luz roja.
Una amenaza que consumaba de manera drástica cuando, después de que se cumplieran los 20 minutos que tenía el presidente del PP para hablar, la presidenta del Congreso apagaba el micro de manera abrupta sin, como dicta la cortesía y tradición parlamentaria, avisar siquiera de que su señoría "fuera concluyendo". Ni un solo segundo de margen dio a Feijóo para que pudiera concluir su mensaje.
Feijóo mostraba su malestar quejándose ante Armengol, que hacía oídos sordos. El líder del PP optaba finalmente por regresar a su escaño mientras las cámaras captaban cómo el vicepresidente del Congreso, del PSOE, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, discutía con uno de los miembros de la Mesa del PP, José Antonio Bermúdez de Castro, al que se escuchaba decir "no se hace así, no se hace así".
En el entorno de Armengol justifican esta actitud porque en la Junta de Portavoces de este martes se aprobó que las intervenciones pudieran llegar hasta 20 minutos, en lugar de los 15 habituales, pero con la obligación expresa de ceñirse como máximo a ese tiempo. Fuentes parlamentarias aseguran que fue la propia portavoz popular en la Junta, Macarena Montesino, la que pidió esta ampliación y que la presidenta cortase micro en cuanto se cumplieran los tiempos".