
El hoy fiscal general del Estado, aferrado al cargo a pesar del escándalo que supone el auto que lo acaba de procesar por revelación de secretos, veía hace unos años plenamente justificado pedir la dimisión de un fiscal general por un caso muy menor en comparación con la situación que hoy se vive en la fiscalía.
En 2017 García Ortiz, que entonces era portavoz de la izquierdista Unión Progresista de Fiscales, justificaba que su colectivo estuviera pidiendo la dimisión del entonces fiscal general del Estado José Manuel Maza.
"Era necesario en la Fiscalía que se oyeran las discrepancias cuando hay comportamientos autoritarios", decía ese año García Ortiz añadiendo que tenían "toda la legitimidad del mundo para hacerlo y es nuestra obligación".
La excusa entonces para pedir la marcha de Maza era su forma de gestionar la dimisión del exfiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, que decidió dejar el cargo tras conocerse que tenía el 25 por ciento de una sociedad offshore en Panamá.