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Los agricultores denuncian que la despoblación, el abandono de la ganadería y la burocracia influyen en los incendios

El vicepresidente de Asaja ha explicado en esRadio cómo aumenta la maleza en los bosques y el riesgo de incendio.

Entrevista a Juan Luis Delgado, vicepresidente de Asaja

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El vicepresidente de Asaja ha explicado en esRadio cómo aumenta la maleza en los bosques y el riesgo de incendio.
El incendio iniciado en Molezuelas de la Carballeda (Zamora) provoca el desalojo de otras 13 localidades en la provincia de León. | EFE/J.Casares

Un verano más España arde. Prácticamente todo el país está en riesgo extremo de incendio y la climatología no da tregua. Los pirómanos andan a sus anchas y desde ambos lados del tablero político se lanzan las culpas de una a otra trinchera con el PSOE como el más interesado por ser regiones gobernadas por los populares las que cuentan con los incendios más numerosos.

En el programa Es la Mañana de esRadio el vicepresidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores Asaja, Juan Luis Delgado, ha apuntado a "muchos factores" que "influyen" en el desarrollo de los incendios forestales que calcinan los montes de España. Los tres que ha destacado son "la despoblación, el abandono de la ganadería extensiva y la burocracia" de la Administración a la hora de eliminar la maleza y podar los árboles.

El vicepresidente de Asaja ha dicho que "uno de los inconvenientes principales que tenemos ahora en el medio rural es la despoblación y eso facilita mucho el abandono del campo para que luego se den estas estas circunstancias que estamos viviendo a día de hoy, concretamente el abandono principalmente de las ganadería extensiva".

Ha explicado que "la gradería extensiva es la que se encargaba de mantener la masa forestal un poco más limitada, más cortada. No hacía que estuviesen tantos terrenos abandonados". Ha señalado que "en años buenos, primaveras buenas como la que ha habido este año, prácticamente todo el territorio favorece que se regenere mucho más los pastos y la maleza. Y, luego, cuando llegan estos periodos secos lógicamente es el combustible perfecto". "Abandono del territorio poco aprovechado en invierno, que es lo que venimos demandando nosotros continuamente, que se debería incidir en el fomento de la ganadería extensiva porque los incendios, como dicen los profesionales, se controlan en invierno porque con el riesgo de incendios en verano es muy difícil", ha añadido.

Juan Luis Delgado ha señalado que "lo estamos viendo dramáticamente estos días, que es imposible" porque "un incendio desatado con ese índice de maleza que hay en muchos sitios no se pueden controlar casi de ninguna manera". "La única manera es que esa maleza estuviese más pequeña y para eso había que haber controlado de alguna manera con aprovechamiento ganadero o con gestión forestal a lo largo del invierno".

La opinión de "ecologistas de sofá"

Los dos primeros factores nos llevan al tercero: el papel de la Administración. El vicepresidente de Asaja ha dicho que "las normativas y la burocracia que tenemos muchas veces es uno de los principales problemas". Ha apuntado que "se han desautorizado a las personas del campo, a los que hemos vivido a lo largo de la historia en los pueblos, en el mundo rural, que eran los que sabían gestionar los montes, cortar los árboles, hacer la maleza o podar los árboles en general".

"Ahora mismo no se les permite. Ahora tenemos que estar sometidos a una serie de ingenieros, a una serie de condiciones medioambientales que no nos permiten hacer las prácticas que veníamos desarrollando a lo largo de la historia como podar un árbol", ha destacado el vicepresidente de Asaja. Ha reiterado que "al no poder hacerlo se abandonan esas tareas y, lógicamente, hace que los árboles se sequen o que sigan proliferándose de una forma que luego no se puedan controlar".

El vicepresidente de Asaja cree que "tendríamos que volver a los orígenes, contar más con las personas del campo, pedir esa opinión, contrastar las opiniones y no sólo creer la opinión de los ecologistas de sofá que, en muchos casos, no están a pie del territorio, no lo han vivido, no han mamado, como se dice vulgarmente en los pueblos, como habría que gestionar esto".

No hay mano de obra para limpiar el monte

Sobre el papel de la Administración ha puesto de ejemplo que "se ha multado porque te obligan a gestionar los pastos de una manera determinada. Se pueden aprovechar determinados tiempos porque las normativas medioambientales de la Política Agraria Común permiten o no permiten entrar en determinados territorios, pero también se junta con la poca rentabilidad del sector agrario". En este sentido, ha dicho que "se han abandonado porque no tenemos capacidad de mano de obra para mantener los pastores en el mundo rural o no tenemos ni tan siquiera la disponibilidad de que los tengamos para ese trabajo y, también, porque no hay rentabilidad, no se pueden pagar unos salarios dignos para esas personas".

"Es mucho más barato que se le ayude a un ganadero que quiere tener un pastor si el producto que vende por la competencia desleal de otros mercados no llega a compensar esos gastos se le indemnice de alguna manera y, a la vez, tendríamos gestionado ese bosque o ese monte", ha propuesto. Cree que "sería una labor para la sociedad. Es mucho más sensato eso porque a la vez generaríamos riqueza que no el tener que hablar de gastar ingentes cantidades de dinero para mandar cuadrillas forestales a deforestar, cuando un rebaño de cabras o de ovejas o de vacas podría hacer una gestión a la vez que, como digo, aportar, pues esos bienes, esos terneros, esos cabritos y vida en el pueblo".

El vicepresidente de Asaja ha dicho que "habría que hacer una reflexión de por qué ahora hay más incendios que antes y está bastante claro, ahora no hay población en el medio rural, no tenemos esas ganaderías". En cuanto a las normativas ha contado que "la Ley de Montes prohíbe cuando hay un incendio aprovechar el terreno. Lo primero que hace una vez que se ha quemado una masa forestal es prohibir durante cinco años ese aprovechamiento. Hay casos que puede ser necesario que se regenere ese monte, pero en otros casos no y nos están echando de nuestras tierras".

"Las normas que se utilizan para la poda limitan que sólo podamos cortar determinados gruesos de ramas a la hora de podar los árboles, lo que hace abandonar a los cortacinos, a las gentes que gestionaban el monte. Hacen perder la rentabilidad y ya no cortan ni las que necesitan cortar ni las que no necesitan. Entonces el árbol se abandona. Será burocracia absoluta que tenemos en este país que se podrían cambiar", ha apuntado el vicepresidente de Asaja que ha recordado que "la Ley de Montes se está hecha para después que hay un incendio no se pueda cambiar el uso de ese terreno en cinco años" por lo que "no permitirían que se pudiese limpiar para luego poner placas solares. No van por los tiros, los tiros van más por el abandono de las actividades productivas dentro de esos de esos entornos o cerca de esos entornos".

No llegan las indemnizaciones

El vicepresidente de Asaja ha contado que "se habla mucho en estos momentos de indemnización y lo hemos visto con otras catástrofes como el volcán de La Palma y otras cosas que podrían asemejarse". "Se habla de ayudas a los damnificados y nunca llegan en la cantidad de la pérdida que ha podido tener". Ha contado que "lo que expone una explotación agrícola o ganadera es muchísimo" y que en caso de una catástrofe como un incendio "es muy difícil cuantificar el lucro cesante". Entonces las indemnizaciones "llegan tarde, mal y nunca como venimos viendo. De hecho, muchas explotaciones agrícolas después de sufrir un devastador incendio no pueden remontar porque es mucha inversión, sobre todo cuando hay muerte de animales".

"Puedes conseguir que las administraciones compensen el valor de una oveja, por ejemplo, o las cien ovejas que se pueden quemar. Pero la producción que vendría después de estas ovejas, los corderos que podrías vender, ya no están ahí. Y vuelvo a la burocracia. También la PAC penaliza. Muchas de las superficies quemadas no te permiten utilizarlas para justificar las ayudas de la PAC, que son tan vitales para mantener la viabilidad de las explotaciones. Es algo que venimos reclamando. También que porque se haya quemado una superficie que se nos permita que ese agricultor pueda hacer uso de esa superficie para cobrar esa otra ya, porque si no puede aprovechar el terreno y no puede cobrar la ayuda que le daría viable la explotación, lógicamente está abocado al cierre y es otra finca abandonada, otro territorio abandonado, más maleza que va a prevalecer", ha lamentado.

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