Pedro Sánchez ha gesticulado más de lo habitual en esta atípica comparecencia de balance de año, que llega bastante antes de final de mes. El presidente del Gobierno ha hecho un resumen de su gestión tan complaciente como es habitual sacando pecho de cómo ha afrontado esta nueva semana horribilis para el Ejecutivo y su partido, asediado por la corrupción y las acusaciones de acoso sexual a diversos cargos socialistas.
Tanto en su comparecencia inicial como en el turno de preguntas ha presumido de su reacción ante estos escándalos y ha avisado, de múltiples formas, de su intención de seguir, descartando un adelanto electoral o incluso una mera crisis de gobierno, como reclamó Yolanda Díaz.
En una de las respuesta a la prensa, cuando un periodista le preguntaba sobre si planeaba algo "nuevo" en alusión a cambios en el Ejecutivo, el presidente incluso ha simulado bostezar. "Siempre estamos con el algo nuevo", ha dicho quejándose de las preguntas, particularmente incisivas este lunes. "¿Qué hacemos? ¿Bostezamos cuando decimos lo del abono?", en alusión a la sorprendente medida del abono nacional lanzada este lunes.
"Es importante saber dónde está la sustancia de las cosas", ha dicho a los periodistas. "Si me hubieran dicho que en vez de expulsar" a los implicados "envié mensajes de ánimo, pues entendería" las críticas, ha manifestado en alusión a Bárcenas y Rajoy. "¿Qué se me puede criticar? ¿Que no fuimos veloces? Puedo aceptarlo", ha dicho.
"Es importante continuar con nuestra hoja de ruta", ha insistido quejándose de quienes están en el "España se hunde" o en el "ambiente irrespirable" que lleva a elecciones. Y se ha preguntado si en 2027, "cuando vuelvan a llevarse una decepción, volverán a pedir" elecciones "hasta ver el resultado que ellos quieren". "Lo democrático", ha dicho, es cumplir con el mandato de las urnas, dejando ver que agotará la legislatura. "Llevan desde 2019 diciendo que no puede haber legislatura de cuatro años. Pues la va a haber".

