
Puede que Pedro Sánchez evite poner "la mano en el fuego" por José Luis Rodríguez Zapatero. Puede que incluso le haya escondido durante la campaña electoral de Extremadura, pero lo que no puede ocultar es el despilfarro económico que se destina al expresidente del Gobierno.
El titular es contundente: El Ejecutivo de Sánchez ha destinado más de 2,2 millones de euros de fondos públicos a Zapatero desde 2018. La documentación aportada por El Debate nos detalla el grueso de ese gasto que responde a varios puntos: la asignación anual como expresidente, la dotación para oficina, personal a su cargo, cotizaciones sociales y recursos de seguridad, a lo que se suman prerrogativas como pasaporte diplomático y apoyo logístico en viajes internacionales.
En concreto, Zapatero percibe unos 75.000 euros anuales como asignación directa, conforme al Estatuto de los Expresidentes, además de unos 600.000 euros acumulados en los últimos años para gastos de oficina, atenciones sociales y alquileres. A ello se añaden los costes de dos asesores financiados por el Estado, con un desembolso estimado de 100.000 euros anuales, uno de ellos su primo José Miguel Vidal Zapatero, con categoría equivalente a nivel 30 de la Administración y un sueldo cercano a los 70.000 euros. Sumando Seguridad Social y otros conceptos, el coste anual ronda los 275.000 euros, lo que eleva la factura total a más de dos millones de euros desde la llegada de Sánchez a La Moncloa, sin contabilizar el gasto de escoltas.
Este despliegue económico y material vuelve a situar a Zapatero en el centro de la polémica tras revelarse la reunión secreta que mantuvo con un empresario investigado por la UDEF en el caso Plus Ultra, celebrada en una zona restringida de El Pardo y con el empleo de vehículos oficiales y dispositivo de seguridad del Estado. El encuentro evidencia una vez más el uso (o abuso) que hace el Gobierno sanchista de recursos públicos para actividades privadas del expresidente.
La controversia se agrava por el papel político y diplomático informal que Zapatero desempeña en países como Venezuela, China o Marruecos, en ocasiones coincidiendo con giros relevantes de la política exterior española. Pese a ello, Moncloa no ha aclarado el régimen de incompatibilidades aplicable ni el alcance real de las actividades del expresidente, mientras el Ejecutivo evita dar explicaciones detalladas sobre el coste total de la cápsula de seguridad y el uso de prerrogativas públicas.
En este contexto, el gasto multimillonario destinado a Zapatero sigue su curso mientras el expresidente mantiene una intensa actividad política y diplomática al margen de cualquier rendición pública de cuentas.

