
Mariano Rajoy sigue a la espera, sin hacer la llamada prometida. Cree que todo es un "sainete", y que este miércoles se ha vivido un nuevo capítulo del enredo. "El acuerdo a tres es imposible", simplificaron desde su entorno. "Hoy no ha pasado nada, más de lo mismo", añadieron desde la dirección nacional. José Manuel García-Margallo tampoco albergó dudas de que el plan de Pedro Sánchez acabará fracasando. "Es imposible que Ciudadanos se pueda sentar con Podemos en la misma mesa del Consejo de Ministros", afirmó.
Rajoy transmitió tranquilidad, y a la hora de la cita de Sánchez e Iglesias él grababa con Jordi Évole para La Sexta. "Estamos ante un teatro", y el líder del PP no quiere formar parte del mismo, según su equipo. Por ello, de momento, no llamará al líder del PSOE. "Ya habrá tiempo, pero ahora no tiene sentido porque los vetos se mantienen. Seguiremos dando largas", explicaron fuentes al más alto nivel, que se reafirmaron en que la única salida posible es que se vuelvan a abrir las urnas. "Eso creemos y eso esperamos", destacaron una vez más.
Públicamente, el PP no se movió de sus postulados -como así le gusta sacar pecho a Rajoy-, y planteó por enésima vez su oferta de una gran coalición presidida por su líder. "Si Sánchez quisiera, España tendría un gobierno con futuro, con posibilidades para el crecimiento y para garantizar la sociedad del bienestar y la creación de empleo, en 24 horas", resumió María Dolores de Cospedal, que rebajó la importancia del despacho entre Iglesias y el secretario general del PSOE.
En este sentido, cuándo Sánchez aún estaba atendiendo a los medios de comunicación en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando salía en una sala de prensa a escasos metros para tratar de dejarle en evidencia. "Ya está bien, que deje de darse con la pared y que hable de una vez con Rajoy", adujo, no sin prometer que la llamada del líder del PP se producirá, pero no todavía. "Que deje de dar tumbos a derechas e izquierdas", insistió.
El portavoz del Grupo Popular también puso el foco en Ciudadanos, al igual que Margallo, y tachó de inverosímil que Albert Rivera se sume a la foto que propone Sánchez. "No lo veo, sería un gravísimo error", enfatizó. "No se pueden mezclar el aceite y el agua", recalcó el ministro de Exteriores en una entrevista en Antena3. "Ciudadanos cavaría su propia tumba, su votante de centro-derecha jamás se lo perdonaría", según la dirección nacional, que desliza que Rivera ya está sufriendo cierto desgaste "por ser la muletilla" del PSOE.
No todos piensan igual en el PP. En un sector se extiende el temor de que finalmente el pacto de izquierdas se convierta en una realidad sin que Rajoy lo haya impedido. De hecho, hay dirigentes que dijeron desde el principio de que, en el último minuto, Sánchez acabaría echándose a los brazos de Iglesias. "La peor noticia para España", en palabras de Pablo Casado. Si bien, el líder del PP insiste en que esa opción es prácticamente imposible, como también que Ciudadanos forme parte del hipotético acuerdo. "Los vetos siguen, por lo que no es posible la gran coalición. Vamos a elecciones", volvieron a contestar en Moncloa.

