Ahora son ellos los que están en el Gobierno. Los que jalean a Antifa en EEUU y a la izquierda golpista en Chile. Y, claro, ahora lo que está en la calle no es el pueblo sino el fascio.
Los delirios de esta generación de poseídos por la nación nos tienen acostumbrados a tantas excentricidades que cualquier cosa podría formar parte de sus planes.