
Nuevo periodo de sesiones y nueva estrategia. El presidente del Gobierno ha buscado confrontar con el PP, utilizando sus invectivas y su tono socarrón, mientras ha ignorado al resto de grupo recurriendo a un tono plano, casi inaudible en algunos momentos, e incluso renunciando, como en el caso de Rufián, al turno de contrarréplica o haciéndolo mínimo, como ha sucedido con Abascal. Sólo se ha empleado a fondo contra el PP.
La portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha estrenado este mes de septiembre hablando del "carnaval de rectificaciones" mientras que Sánchez ha recurrido al nuevo lema de los socialistas: "Si ayer quedó algo claro es que el programa del PP es de las grandes energéticas de este país". La sesión de control ha seguido con la popular acusándole de estar "sólo centrado en la resistencia, con los socios equivocados y más alejado de la gente".
Gamarra ha recordado que este jueves, el Congreso tiene que ratificar la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN. Unidas Podemos ya ha anunciado que se abstendrá. " ¿Votará mañana todo su Gobierno unido? Vaya imagen está dando el anfitrión de la OTAN", ha insistido la portavoz de Alberto Núñez Feijóo. Sánchez ha respondido con un tono irónico: "¿Por qué me riñe?", se ha preguntado mientras le ha acusado de hacer "un batiburrillo" al sacar "hasta la cumbre de la OTAN"
Ignorando a Abascal
El tono bronco y la euforia de la bancada socialista ha bajado cuando ha empezado la intervención del líder de Vox, hasta hace sólo unas semanas, el anatema de los socialistas. Santiago Abascal ha defendido por primera vez en el Congreso de los Diputados su propuesta para consultar a los españoles sobre "asuntos de especial trascendencia". "Pregunte a la gente en lugar de sacarse fotos con la gente que le están saliendo tan mal", le pedía ha pedido al presidente del Gobierno, invocando el artículo 92 de la Constitución para preguntar a los españoles "si quieren seguir pagando la energía más cara o si quieren explotar sus propios recursos naturales".
El presidente ha optado por obviar la petición del líder de Vox y ha respondido empleando un tono inusualmente bajo, casi susurrando, para no entrar en una confrontación directa. Tirando de argumentario, Sánchez ha arremetido contra "la derecha" por negar el cambio climático, según ha reprochado a Vox; o por no combatirlo con suficiente fuerza, según ha criticado del PP, situando este asunto como su principal prioridad, junto a la guerra de Putin.
Ignorando a Rufián
El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha vuelto a ejercer de líder de la oposición de izquierdas y ha criticado que las medidas aprobadas por "rácanas y poco valientes". El presidente del Gobierno ha utilizado un tono plano para reiterar el paquete de medidas ya aprobado y sólo lo ha elevado para recordar el voto contrario en la tarde del martes del PP, durante la toma en consideración del impuesto, rebautizado ahora como gravamen, a las energéticas y bancos.
Rufián le ha respondido con virulencia y ha recordado la cesta de la compra de Yolanda Díaz: "¿ De qué sirve topar los precios si no lo hablan entre usted? Sirve para frustrar y decepcionar. La frustración y la decepción es la Kryptonita de la izquierda y la gasolina de la derecha". Sánchez ha evitado responderle, declinando usar su turno de contrarréplica. La vuelta a la bronca bipartidista está en marcha. El resto, ignorados.
