Menú

¿Podría Vox retirar ahora la moción de censura?

Aunque el partido insiste en su discurso oficial que seguirá adelante, algunos piensan que sería mejor retirar la moción de censura. Pero ¿es posible?

Aunque el partido insiste en su discurso oficial que seguirá adelante, algunos piensan que sería mejor retirar la moción de censura. Pero ¿es posible?
Iván Espinosa de los Monteros, este martes en el Congreso de los Diputados. | EFE

La esperpéntica entrevista con Ramón Tamames en El País, en la que el candidato en la moción de censura reconviene a Vox sobre varios aspectos centrales del discurso de los de Abascal e incluso llega a preguntarse "¿cómo se llama?" el partido, ha llevado al grupo parlamentario de Vox a una situación cuando menos incómoda.

Y no es la primera ocasión: desde la irrupción de Tamames como posible candidato las críticas han sido generalizadas y desde el propio partido muchas voces –nunca públicamente, eso sí– se están cuestionando tanto la oportunidad tanto de la moción como al propio candidato.

Hasta tal punto está llegando el asunto que empiezan a surgir rumores sobre una posible retirada de la moción de censura, a pesar de que este mismo martes la Mesa del Congreso la ha calificado, admitiéndola a trámite y sólo falta que Meritxell Batet ponga la fecha para los debates parlamentarios y la votación.

Pero, ¿podría Vox retirar ahora la moción de censura? Todo el mundo recuerda a Pedro Sánchez diciéndole a Rajoy que si dimitía "esta moción de censura habrá terminado aquí y ahora". Sin embargo, ¿hay un mecanismo legal para hacer realidad la promesa del entonces candidato y hoy presidente o era sólo un truco parlamentario más?

Lo cierto es que la ley no prevé esa retirada, lo que tiene cierta lógica, porque sería una circunstancia más bien insólita considerar que el gobierno merece ser censurado y, a mitad del proceso, decidir que ya no lo merece.

La moción de censura está regulada por el Reglamento del Congreso y los artículos 113 y 114 de la Constitución. El primero sienta las bases principales del mecanismo:

  1. El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura.
  2. La moción de censura deberá ser propuesta al menos por la décima parte de los Diputados, y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno.
  3. La moción de censura no podrá ser votada hasta que transcurran cinco días desde su presentación. En los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse mociones alternativas.
  4. Si la moción de censura no fuere aprobada por el Congreso, sus signatarios no podrán presentar otra durante el mismo período de sesiones.

El segundo trata de las posibles consecuencias tanto de la moción de confianza como de la propia moción de censura:

  1. Si el Congreso niega su confianza al Gobierno, éste presentará su dimisión al Rey, procediéndose a continuación a la designación de Presidente del Gobierno, según lo dispuesto en el artículo 99.
  2. Si el Congreso adopta una moción de censura, el Gobierno presentará su dimisión al Rey y el candidato incluido en aquélla se entenderá investido de la confianza de la Cámara a los efectos previstos en el artículo 99. El Rey le nombrará Presidente del Gobierno.

Como ven en ninguno de los dos se prevé una hipotética retirada. El Reglamento del Congreso, por su parte, trata de la cuestión en los artículos del 175 al 179. En el primero de ellos se establece quién puede presentarla, en el segundo que la Mesa la admitirá si "reúne los requisitos señalados en el artículo anterior".

El 177, por su parte, contempla un elemento interesante: es obligatorio que el debate empiece con "la defensa de la moción de censura que, sin limitación de tiempo, efectúe uno de los Diputados firmantes", sin embargo, el discurso del candidato es sólo opcional: "A continuación, y también sin limitación de tiempo, podrá intervenir el candidato propuesto".

En los otros apartados de ese artículo se explican las intervenciones de todos los demás grupos, que la votación tendrá "a la hora que previamente haya sido anunciada por la Presidencia" siempre que no sea "anterior al transcurso de cinco días desde la presentación" y que para aprobarse se necesita "la mayoría absoluta de los miembros del Congreso".

El 178 y el 179 se limitan a señalar el procedimiento a seguir tras la hipotética aprobación y que, si por el contrario es rechazada, los diputados que la hayan firmado no podrán presentar otra en el mismo periodo de sesiones, que no hay que confundir con una legislatura: la Constitución especifica que cada año tiene dos periodos de sesiones que van de septiembre a diciembre y de febrero a junio.

¿Un posible mecanismo aplicable?

Quizá la única referencia del Reglamento del Congreso que se podría aplicar a un caso como este se serían los artículos 128 y 129, que hablan de "la retirada de proyectos y proposiciones de ley". Según el primero "el Gobierno podrá retirar un proyecto de ley en cualquier momento de su tramitación ante la Cámara, siempre que no hubiere recaído acuerdo final de ésta".

Sin embargo, el segundo advierte de que un ponente de un proyecto de ley, es decir, un grupo parlamentario, puede retirar una proposición de ley sin más "antes del acuerdo de la toma en consideración", que sería un trámite similar a la calificación de la mesa, aunque en este caso se realice con un debate y una votación en el Pleno y no en la Mesa. Una vez tomada en consideración, es decir, que el Congreso hace suyo el proyecto, por así decirlo, "la retirada sólo será efectiva si la acepta el Pleno de la Cámara".

Por otro lado, es obvio que no se puede obligar a un grupo a participar de un debate parlamentario, pero todo parece apuntar que ni Pedro Sánchez podría haber retirado legalmente su moción tal y como le prometió a Rajoy –aunque sí podría haber votado en contra llegado el momento– ni Vox sería capaz de frenar el mecanismo que ellos mismos han puesto en marcha.

Vox seguirá adelante

En cualquier caso, Vox ha decidido obviar las críticas de Ramón Tamames en El País y, al menos de momento, asegura que seguirá adelante con la moción de censura, pese a los riesgos que supone para el partido. Según ha defendido el portavoz parlamentario, Iván Espinosa, "si pudiésemos, aceleraríamos la moción de censura más que dar marcha atrás".

"Hay gente que está deseando que demos marcha atrás, lo que significa que tenemos que dar marcha adelante, y con más vigor", ha destacado al ser preguntado por la posibilidad de que el partido valore retirar su propuesta ante el desgaste al que se exponen con el candidato elegido.

Y es que el discurso inicial de Tamames ha sido coordinado con Vox, por lo que no entraña demasiados problemas, pero no así sus respuestas a los grupos parlamentarios que, a la vista de las profundas discrepancias, intentarán provocar a Tamames para que la moción se vuelva contra Vox.

Oficialmente, Vox asegura sin embargo que los ataques del profesor son un valor añadido a su propuesta, asegurando que "lo rico de esta moción es demostrar que personas de ámbitos ideológicos distintos comparten que hay que echar al Gobierno". Después de repetir hasta en tres ocasiones que Tamames "no es de Vox", Espinosa ha asegurado que "cualquier intento de buscar un enfrentamiento entre Tamames y Vox no lo van a encontrar".

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal