Una hora y cinco minutos de plúmbeo discurso ha necesitado Yolanda Díaz para responder al discurso como candidato de Ramón Tamames, que a su vez la ha despachado en unos pocos segundos, reprochándole lo que todo el mundo ha podido ver durante la larguísima intervención: que, en otro de los habituales abusos institucionales de este Gobierno, la líder de Sumar ha aprovechado la moción de censura para presentar en el Congreso su propio proyecto político, cuya puesta de largo parece que tendrá lugar en la tarde de mañana miércoles.
Tamames ha tirado de socarronería para responder en sólo unos segundos a la interminable perorata de la vicepresidenta tercera, a la que ha recomendado "que sintetice más sus puntos de vista para que los podamos disfrutar con más calma" y ha agradecido "las lecciones que recibimos".
"Hay gobierno de coalición para rato"
Yolanda Díaz ha hecho una reivindicación de los supuestos logros del Ejecutivo del que forma parte, del que ha citado a algunos miembros en una selección que no ha tenido nada de casual, pues ha recordado a Alberto Garzón, el ministro de Universidades Subirats o incluso a algunas ministras de la cuota del PSOE como Calviño o María Jesús Montero, pero ha dejado a fuera a Irene Montero e Ione Belarra.
Además, la de Sumar ha advertido que "hay gobierno de coalición para rato" y ha tratado de presentarse como una defensora de la felicidad, algo que según ella se contrapone con el "odio" que patrocina Vox. De hecho, Díaz ha llegado a reivindicar el "derecho a la felicidad" como algo a defender desde los poderes públicos.
Pero más allá de su contenido plúmbeo y tan vacío como es habitual en ella, lo más sustancial del discurso de Díaz ha sido el descarado intento de tomar delantera respecto a sus compañeras de Unidas Podemos, presentándose como la alternativa a la extrema derecha y la socia fiable de ese gobierno de coalición que ha defendido ignorando a uno de sus socios.