
Justo el día en el que Podemos lanzaba un vídeo acusando a Yolanda Díaz de "ponerse de perfil", la Secretaría de Estado de Comunicación (dependiente del PSOE) volvía a sacar a la vicepresidenta segunda a la sala de prensa de la Moncloa. Las comparecencias en la sala de prensa de la Moncloa son las más deseadas por los ministros ya que les permite vender sus logros.
El mimo con el que la Secretaría de Estado de Comunicación trata a Díaz, con tres ruedas de prensa desde que comenzó el año, contrasta con la única comparecencia de Ione Belarra o de Irene Montero desde enero. Sólo Nadia Calviño y Teresa Ribera tienen unos números similares a Díaz. Se le acercan la ministra de Educación, Pilar Alegría, y de Seguridad Social, José Luis Escrivá, con dos ruedas de prensa en este 2023.
Excluyendo a las dos ministras de Podemos
En el entorno de Montero no sentó bien que se le excluyese de la rueda de prensa en la que el Gobierno presentó la Ley de Paridad. Tampoco gustó en el ministerio de Ione Belarra que no se le dejase salir a dar una rueda de prensa tras la aprobación en segunda vuelta la Ley de Familias.
A la ministra portavoz, la socialista Isabel Rodríguez, se le vio con dificultades a la hora de responder a las preguntas concretas que se le hacían sobre los cambios en esta norma. Incluso tuvo que recurrir a la lectura de las fichas que le prepara la Secretaría de Estado de Comunicación.
Sobre las diferencias de trato que reciben Belarra o Montero frente a Díaz le preguntaron a la vicepresidenta segunda en el último Consejo de Ministros. La ministra de Trabajo se limitó a elogiar que el Gobierno funciona "de manera mancomunada" y recordó que "la política de comunicación la dirige la Secretaría de Comunicación", en manos del exdiputado del PSC, Francesc Vallés.
Seguir mimando a Díaz
En el Gobierno van a seguir promocionando a Díaz frente a las dos ministras de Podemos. Tras la presentación de Sumar, el nuevo partido de la vicepresidenta segunda, en el núcleo duro de la Moncloa constatan que "sólo quita votos a la abstención", pese a que algunos barones se mostraron recelosos y alertaron de la sangría que podría provocar al PSOE.
En Ferraz ya tienen un retrato robot del votante de Díaz. Tras varias encuestas, certifican que "genera un efecto positivo" y "de ilusión". "No es el votante del PSOE, son votantes progresista que se estaban yendo a la abstención", matizan. La vicepresidenta segunda también tiene buenos datos entre las mujeres, algo en lo que contrasta con Podemos cuyo votante era mayoritariamente masculino, y también tiene una valoración positiva entre los más jóvenes.
Objetivo: movilizar
Uno de los problemas a los que se enfrenta la izquierda en las próximas elecciones es la baja movilización de su electorado. En los maitines de Moncloa, donde se reúne cada lunes la cúpula del PSOE y del Gobierno, certifican que apenas cuentan con un 68% de votantes dispuestos a acudir a las urnas. El reto es aproximarlo al 80% del electorado de derechas que están movilizados.
"Esto acaba de empezar. Queda mucho", afirman los más próximos a Sánchez que esperan que ese electorado "se pueda agrupar" bajo una misma marca. En Moncloa y Ferraz repiten que el PSOE y Sumar están en dos ligas distintas. Los socialistas pelearán por la primera plaza con el PP y creen que, tras la caída de la valoración de Feijóo en diversas encuestas, hay partido. "Está dando la sensación de que se quiere ir", añaden como próximo leit motiv de los socialistas.
A Díaz le relegan a la segunda división. La de pelear por la medalla de bronce en las elecciones. Moncloa seguirá promocionando a la vicepresidenta segunda para que Sumar se sitúe en la tercera plaza, por delante de Vox, y pueda arañar más escaños porque, como repiten algunos, el objetivo será llegar a los 176 escaños tras las generales de diciembre. Un resultado que sería más fácil de alcanzar si Díaz se convierte en la tercera fuerza aunque el PSOE quede segundo.

