No fue un pleno tan tenso como el de la toma en consideración pese a que era el último y definitivo debate en el Congreso de los Diputados. El PSOE sacó adelante su Proposición de Ley para reformar la ley del sólo sí es sí y volver al Código Penal anterior con los votos de PP, Ciudadanos, PNV, Junts, PDeCAT y Coalición Canaria.
Sólo hubo una sorpresa. Cuando el debate estaba finalizando, la ministra de Igualdad pidió la palabra. Irene Montero acusó al PSOE de hacerles "ceder por encima de nuestras posibilidades" y reconoció que era el "día más triste" que había "vivido como ministra en esta cámara".
"Hoy nos quedamos en minoría pero vamos a seguir trabajando. Es lo que mejor sabemos hacer las feministas", afirmó desde la tribuna donde lucía, al igual que la ministra Ione Belarra, un traje morado. Morado feminista o morado Podemos.
Sin agradecimientos
Por parte de los socialistas no hubo apenas agradecimientos a los partidos que le han ayudado a sacar adelante esta corrección a futuro. La secretaria de Igualdad del partido, Andrea Fernández, reconoció que tenía un sentimiento "agridulce" al ver la bancada popular. Por un lado, elogió "el trabajo tranquilo" de las diputadas populares María Jesús Moro y Marta González en la Comisión de Igualdad pero, a partir de ahí, comenzó a atizar al partido que le ayudó a sacar adelante la Proposición.
Fernández acusó al PP de "llevar meses tratando de sacar rédito político de un tema tan sensible como la violencia sexual" con "campañas morbosas buscando polarizar al más puro estilo Okdiario". Incluso rebajó los acuerdos en la Comisión de Igualdad a meras "enmiendas técnicas" que "no eran la salvación".
Tampoco en la bancada del PP se respiraba euforia. La portavoz del PP, Cuca Gamarra, recordó que en el Congreso había "un gran ausente" y miró a la bancada azul en dirección al escaño del presidente del Gobierno. Ni rastro de Pedro Sánchez que se encontraba en Doñana para no acudir al pleno del Congreso.
"Todos estábamos advertidos de los efectos que esto iba a traer y una mayoría parlamentaria no quiso darse por enterada", añadía culpando al líder del Ejecutivo de la norma que este jueves ha sido corregida.
El PP decidió apoyar la reforma de la norma por la necesidad de modificar una ley que ha sido "nefasta para las mujeres" y después de que el PSOE apoyase las correcciones que los populares hicieron en sus enmiendas a la Proposición de Ley.
Todos contra el PSOE
El PSOE tenía que escuchar el grueso de las descalificaciones. "¿Ustedes son conscientes de lo que están haciendo? Tres años machacando con que el PP era el enemigo de las mujeres y ahora le compran la mercancía", afirmaba la diputada de ERC, Pilar Valluguera, que advertía que, pese a la corrección, "no se van a parar las revisiones".
La diputada de Unidas Podemos, Lucía Muñoz, modulaba su tono con respecto al de la toma en consideración cuando acusó al PSOE de unirse "a un puñado de fascistas". Ahora se limitaba a con leer con un tono plano una serie de folios y a pedir que "los derechos feministas no se negocian con el PP".
Desde el PSOE, Andrea Fernández les acusaba de estar "más centrados en construir sus relatos que una buena ley" y reiteraba que la Proposición de su partido "no modifica ni una coma el consentimiento".
Vox no participa
Vox, que decidió no participar en la votación porque según su portavoz parlamentario, Iván Espinosa, se había aprobado un "engendro" de PSOE y PP, defendía desde la tribuna de oradores que la norma sigue atentando contra la presunción de inocencia y la igualdad entre hombres y mujeres.
Su diputada Carla Toscano, se dirigía al PP durante el debate para reprocharle su acuerdo, acusándoles de "no ser ya alternativa" por "seguir el camino que les marcan Pedro Sánchez y la Agenda 2030". "Si van a seguir colaborando para poner la ideología por encima de los derechos, apártense y dejen a Vox defender las batallas y los valores que han abandonado", remataba.