El pacto de PP y Vox para aupar al popular, Carlos Mazón, como presidente de la Comunidad Valencia ha pillado al Gobierno en plena rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. La portavoz, Isabel Rodríguez, ha calificado de "vergüenza" aceptar "a un condenado en este tipo de acuerdos". Se refería a la condena judicial en 2002 contra Carlos Flores, actual líder de Vox en Valencia, por violencia psíquica contra su exmujer.
"La violencia de género es lo suficientemente grave para no blanquearlo", ha añadido Rodríguez antes de conocer que el acuerdo incluye apartar a Flores del futuro Ejecutivo valenciano. A cambio, será nombrado número 1 del partido de Abascal al Congreso de los Diputados. Con este relevo, Vox responde a la línea roja que le había puesto el portavoz del PP, Borja Sémper, que se había negado a pactar un Gobierno si el vicepresidente iba a ser un condenado por violencia doméstica.
Modificar la estrategia
Fuentes del Gobierno han sido más explícitos tras conocer la letra pequeña del acuerdo en la Comunidad Valenciana y lamentan que "la línea roja de Valencia la pasan a Madrid" e insisten en el preacuerdo firmado es "una barbaridad". "No hay líneas rojas para el PP", han sentenciado y han añadido que, pese a la exclusión de Flores, el acuerdo es "blanqueamiento de agresores" y que "es evidente hacía dónde va el PP".
Más contundentes son desde Ferraz donde ha comparecido la ministra de Educación y portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Pilar Alegría, que ha asegurado que a ella "se le caería la cara de vergüenza". "Me da igual que esté sentado en una consejería o que lo traigan aquí como cabeza de lista por Valencia. Lo que han hecho es vergonzante, vergonzoso", ha añadido Alegría.
Moncloa y Ferraz habían diseñado una campaña contra el PP y sólo estaban esperando a que incluyesen a Flores como vicepresidente. Ahora, tras revisar la letra pequeña, se ven obligados a improvisar pero insistirán en que la línea roja pasa de Valencia a Madrid y que, pese a todo, el acuerdo en "vergonzoso".