Uno de los sectores más clásicos del PNV, el de mayor contacto empresarial, ha empezado a presionar al máximo responsable del partido separatista, Andoni Ortuzar, con un fin: lograr la abstención en la posible sesión de investidura de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados. El sector, que no cuenta con apoyo mayoritario pero sí cuenta con influencia como para provocar debates, incide en la trampa creada por el PSOE para acabar provocando la muerte política del PNV a manos de Bildu. Y, en consecuencia, pide una respuesta estratégica: un alejamiento de Pedro Sánchez que permita a su partido recuperar un hueco político perdido en el propio País Vasco. Y es que el próximo año hay elecciones regionales en esa comunidad autónoma y en ellas se lo juega todo el PNV.
De imponerse esta estrategia en los nacionalistas vascos generaría, además, una delicada situación para Pedro Sánchez: incluso en caso de que consiga contar con los votos de Puigdemont —cuestión aún en el aire—, su elección por el Congreso como presidente nacional quedaría al filo de un voto. Un único voto que podría ser decidido en el último minuto por algún separatista o por un comunista de Podemos con más ganas de no acudir el día de la investidura al Congreso que de asistir y hacer presidente a Sánchez.
Nadie duda en el PNV de que la balanza se inclina más a favor del PSOE que de otro partido de cara a la investidura del nuevo presidente nacional. Pero el debate no está cerrado. Y el debate cuenta con la interlocución de algunas empresas y de un sector del partido que no deja de alertar de que el PSOE ha metido al PNV en una trampa mortal que acaba en el fin del propio PNV para que sea aplastado por Bildu.
El asunto es delicado porque el PSE-PSOE es el socio actual de gobierno del PNV en el País Vasco. Pero también es verdad que en las próximas elecciones regionales de esta comunidad en 2024 todo eso puede ser historia si Bildu adelanta al PNV —cosa altamente probable— y el PSE-PSOE decide apoyarlo en el Gobierno regional en caso de necesitarlo —cosa aún más probable a la vista del hermanamiento entre Sánchez y Otegi—. Y esa realidad ha puesto en alerta a un sector que no ha dudado en abrir este debate porque considera que el PNV ha perdido un hueco que tuvo en el pasado y que le ha permitido décadas de poder regional.
Ortuzar no forma parte de ese sector. Pero no es ajeno a una preocupación generalizada en la formación por su existencia futura.
No apoyarían a Feijóo
La idea planteada por este sector pasa por abstenerse en una posible votación de investidura de Pedro Sánchez, de forma que quede claro el alejamiento del PNV con respecto a sus políticas antipropiedad privada, antiempresa, anticontrol del déficit y volcadas en el populismo y el saqueo fiscal. Un cambio de actitud que sirviese al PNV como aliciente para recuperar un voto clásico en las elecciones autonómicas del próximo año, un voto, además, difícilmente capturable por Bildu.
Hay que recordar que Pedro Sánchez depende de los 7 escaños de Junts, pero exactamente igual de los 5 del PNV, porque Alberto Núñez Feijóo cuenta con 172 votos de apoyo y, a falta de mayorías absolutas en el Congreso, será presidente el que sume más síes que noes. Y eso significa que Sánchez necesita al menos 173 escaños que lo respalden. Y si el PNV no le diese sus posibles cinco síes, significaría que Sánchez se quedaría a un voto de tener que ir a una repetición electoral.
El Gobierno en funciones, mientras, negocia públicamente esa investidura, antes incluso de que se confirme fallida la de Alberto Núñez Feijóo. Y, en medio de todo ello, el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha pedido ya "reinterpretar la Constitución" de espaldas a los españoles, para declarar un "Estado plurinacional". Y Félix Bolaños, consciente de que tienen que convencer a todos los sectores de los partidos separatistas, ha adelantado ya que ve la propuesta "legítima" y "positiva". Y ello pese a que es plenamente contraria al artículo dos de la Constitución Española. "Valoro siempre muy en positivo todas las propuestas que se hacen para buscar puntos de encuentro entre diferentes, dentro del marco constitucional, que es lo que propone el lehendakari", ha afirmado ya Bolaños.