
En el PSOE se mueven entre dos argumentos. Por un lado, aseguran que la investidura de Feijóo es "fake", que nos hace perder el tiempo. Si, en cambio, se les pregunta por la investidura de Sánchez o negociaciones como la de la amnistía, entonces saltan como un resorte asegurando que "estamos en el tiempo de Feijóo" y que hay que respetar a las instituciones. El argumentario tiene fecha de caducidad: el viernes.
En el Congreso todos dan por hecho que, 48 horas después de la primera votación, el PP volverá a repetir el resultado: 178 noes y 172 síes. Nada más acabar la sesión parlamentaria, en torno a las dos de la tarde, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, irá a Zarzuela a comunicar al Rey el resultado.
Un trámite institucional para que el lunes se active la ronda de consultas con los diferentes grupos parlamentarios. Irán de menos a más. El martes, llegará la reunión de Sánchez con Felipe VI y ahí es cuando en el PSOE calculan que el actual jefe del Ejecutivo en funciones salga con el encargo para formar un nuevo Gobierno.
Los socialistas creen que ese mismo martes o, a más tardar el miércoles, la presidenta de la Cámara Baja anunciará las fechas: será en la tercera semana de octubre. Con toda probabilidad, los días 17 y 18.
La siguiente "pantalla" serán las reuniones del PSOE con los diferentes grupos parlamentarios. El quién encabece esos encuentros es una incógnita. Podría ser Patxi López, portavoz parlamentario, pero en el Gobierno no descartan alguna figura de más peso como la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, o el de ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Lo que está claro es que no será Pedro Sánchez que estará participando en una cumbre en Granada dentro de la presidencia rotatoria.
¿Apoyo canario?
¿Servirán esos encuentros para cerrar el pacto de legislatura? "Hace cuatro años pasó igual con las reuniones: había muchas privadas y las públicas, era más para hacer que estábamos negociando", aseguran desde algún socio parlamentario donde agregan que todo está más avanzado de lo que parece.
Además del respaldo de Sumar, Junts, ERC, Bildu y PNV en el Gobierno no cierran la puerta a conseguir los votos de Coalición Canaria y del BNG. El objetivo es claro: aproximarse a los 180 escaños para evitar dar la imagen de un Ejecutivo débil que depende del prófugo Puigdemont. Al Gobierno en funciones no le ha disgustado el voto de la diputada Cristina Valido y prometen que "la agenda canaria" estará en el Gobierno.
Lo que parece es que los pactos que se alcancen con toda la ristra de partidos, a excepción de Sumar, será sólo de investidura y no de legislatura. Otra cosa es que el Gobierno quiera aprovechar la luna de miel para presentar los Presupuestos Generales del Estado durante las próximas semanas.


