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El PSOE reconoce que es "una mala noticia" el paso al Mixto de Podemos: le obligará a negociar con hasta 8 grupos

Los socialistas asumen que supone complicaciones pero esperan que "no se complique ni ralentice" al Gobierno.

Los socialistas asumen que supone complicaciones pero esperan que "no se complique ni ralentice" al Gobierno.
Irene Montero y Ione Belarra tras entregar sus respectivas carteras de ministras | EFE

La marcha de Podemos al Grupo Mixto ha sentado como un jarro de agua fría en el PSOE que no se esperaba este movimiento tan pronto. Los socialistas asumen desde hace tiempo que Irene Montero está preparando su campaña para las elecciones europeas y que quieren distanciarse del Gobierno. Lo que nadie preveía es que iban a romper con Sumar antes de los Presupuestos, aprovechando un pleno sobre Israel que ha quedado eclipsado por la ruptura del grupo parlamentario de la vicepresidenta segunda.

"Cuando se divide la izquierda, gana más la derecha". afirmaba Patxi López tras la consumación de una ruptura de la que, al igual que Sumar, se han enterado por redes sociales y la prensa. El portavoz del PSOE lamentaba que "nunca es una buena noticia la división de la izquierda" pero auguraba que no se "va a ralentizar ni paralizar la actuación de un Gobierno progresista".

A ceder

En Moncloa ya asumen que les tocará negociar con ocho grupos para sacar adelante cualquier norma. El ejemplo más inmediato lo tendrán con los Presupuestos. Si quieren sacar adelante las cuentas, tendrán que pactarlas con su socio en el Ejecutivo (Sumar). Una vez obtenido el acuerdo, Sánchez y Díaz empezarán a pagar los peajes a sus socios para completar los 29 escaños que ahora les falta hasta la mayoría absoluta.

Necesitan los 7 de ERC, los 7 de Junts, los 6 de Bildu y los 5 del PNV. Además, el PSOE se ha comprometido a desarrollar la "agenda canaria" hasta 2026 para conseguir el voto de Coalición Canaria. También el Gobierno necesitará aplicar el descuento en peajes gallegos, al que se comprometió durante la investidura, para atraer al diputado del BNG pero ni con esas llegan a los 176. Les faltan 3 escaños así que ahora el voto de Podemos es imprescindible.

Una inestabilidad que aprovechaba el PP para arremeter contra el Gobierno nada más conocerse la ruptura. "Hasta ahora, Sánchez tenía que llamar a Puigdemont, a Junqueras, a Ortuzar, ponerse de acuerdo con la vicepresidenta Yolanda Díaz y a partir de hoy tiene que llamar también a Ione Belarra", aseguraba en los pasillos del Congreso la vicesecretaria de Organización, Carmen Fúnez.

Tensiones desde hace semanas

Aunque en el PSOE ni en Sumar se esperaban una ruptura tan inmediata, sí es cierto que había signos de malestar. Por un lado, la decisión de Yolanda Díaz de excluir a Irene Montero del Gobierno. Podemos lo había fiado todo al nombre de la exministra de Igualdad y rechazaron cualquier otra alternativa morada como la de Nacho Álvarez, que era del agrado de la vicepresidenta segunda. "El objetivo era comprar su silencio", defendían desde Podemos. La despedida de Montero y de Ione Belarra, con duras críticas a Sánchez, fueron un mero anticipo.

La tensión en el grupo parlamentario de Sumar iba in crescendo. A las críticas de Podemos a la portavoz Marta Lois, se sumaba el malestar morado por el reparto de Comisiones o la decisión de Sumar de "plagiarles" una proposición de Ley sobre Doñana que había registrado Podemos unos meses antes.

Los cinco diputados morados ahora aspiran a "convencer" a más descontentos con Díaz para "volver a recuperar el liderazgo de Podemos en el espacio de la izquierda". No descartan que sean más de cinco en unos meses, algo que en el PSOE rechazan.

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