
De pedir la eliminación del ministerio de Defensa, cuando era líder de la oposición, a patrocinar un aumento armamentístico al reconocer que existe un "déficit de inversión" de 56.000 millones de euros en toda Europa. "Tenemos menos capacidades" y "serias carencias en política de Defensa, pese a que la economía europea es siete veces más grande que la rusa", aseguraba Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso,
La decisión no gustaba a su socio de Gobierno. Sumar rechaza taxativamente elevar la inversión en defensa. Como es habitual, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que no ha hecho ninguna declaración al respecto, evitó intervenir en la sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.
En su lugar compareció, el portavoz de la formación, Íñigo Errejón que aseguró que el compromiso de aumentar al 2% el gasto armamentístico "debe ser suspendido" para dar prioridad a las necesidades reales de los españoles, que "no tienen que hacer ningún sacrificio para engordar la industria militar ni la economía de guerra". En este sentido Errejón, veía "insensato sumarse a la carrera militar cuando "tenemos unos presupuestos prorrogados".
Una postura que, como reconocen en el Ejecutivo, va a causar un choque interno. "Ya lo ha provocado, siempre que se toca ese toca hay problemas", confiesan fuentes gubernamentales que consideran "complicado" acabar de materializar todo el gasto militar que prevén. "Tendremos que renunciar a algunas cosas", admiten mientras piden pactar las discrepancias para evitar que vaya a mayores.
¿Cómo materializarlo?
No es la primera vez que el aumento del presupuesto en Defensa produce un choque entre Sánchez y sus socios de Gobierno. Ya sucedió con las últimas cuentas, las de 2023 que siguen vigentes. Estas cuentas aumentaban el Presupuesto del ministerio de Margarita Robles hasta el 6% pero ,con fondos europeos se elevaba al 8%. Aunque la clave eran otros 4.900 millones de euros en programas especiales de armamento que no computaban como gasto presupuestario. Podemos acusó al Gobierno de ocultarles esta cifra, un 19% en partidas no computables a los Presupuestos.
Al choque gubernamental se suma, en esta ocasión, otro problema: la prórroga presupuestaria. El Gobierno trata de aumentar la inversión en Defensa, para cumplir con el compromiso de un 2% anual más, pero con las mismas cuentas que 2023. En el Ejecutivo descartan solicitar un préstamo extraordinario y se centran en otras opciones. No descartan unos bonos de Defensa, ni tampoco utilizar el remanente de las ventas de terrenos al ministerio de Vivienda, para que construya las 23.000 viviendas en régimen de alquiler que prometieron
Queda por ver si convencen al resto de los socios. Bildu les reprochaba utilizar "la doctrina del shock"; mientras que Gabriel Rufián, de Esquerra, anunciaba su oposición y advertía a Sánchez que "con Putin, como mucho, se empata" y le pedía centrarse en Gaza. Una posición muy parecida a la que ha defendido la líder de Podemos, Ione Belarra, que advertía de que si ponen en marcha este aumento militar, los socialistas tendrían dificultades para aprobar los Presupuestos. Unas cuentas que, en todo caso, serán las de 2025.

