
Los militantes y cargos del PSOE transitan en una montaña rusa de sentimientos. Entre la resaca emocional que muchos padecen, hay un plan para relevar a Sánchez que fue frenado en seco por el presidente cuando el lunes salió a anunciar que continuaría.
Una de las cosas que más llamó la atención a algunas federaciones fue el guion que ideó el secretario de organización, Santos Cerdán, para "enterrar a Sánchez". Durante el sábado hizo diferentes llamadas para conseguir apoyos destinados a una misión: crear una especie de bicefalia en el PSOE que relevase al líder de los socialistas ya que, al igual que muchos en el partido, estaba convencido de su inminente dimisión. "Ya habían enterrado a Pedro", sentencia una fuente que conoció el plan.
Por un lado, la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, sería investida presidenta del Gobierno de forma "accidental" para sustituir a Sánchez. El número 3 de Ferraz no mantiene una buena relación con Montero, que es también vicesecretaria general del PSOE, así que planteó que el ministro de Transportes, Óscar Puente, se hiciese con las riendas del partido en un Congreso.
Incluso llegó a comentar que el controvertido ministro estaría en disposición de ganar unas primarias, mejor que cualquier otro candidato. Toda una estrategia que permitiría a Cerdan y su equipo, como el diputado Juanfran Serrano, mantenerse como fontaneros en Ferraz y controlar el partido.
Montero, la presidenta breve
El actual número 3 del PSOE tampoco veía muy viable un Ejecutivo de María Jesús Montero y llegó a comentar que tendría una duración de menos de un año debido a la debilidad parlamentaria con la que cuenta el PSOE. De ahí, la necesidad de impulsar un secretario general que, a la larga, podría ser el candidato socialista a la presidencia del Gobierno. Puente sería esa persona. Eliminando a continuación la bicefalia.
En el Comité Federal del PSOE no pasó desapercibida la intervención de Puente, que no estaba prevista ya que solo es vocal en la Ejecutiva, apelando a su historia familiar y recordando la militancia de su abuelo. También fue llamativa la tranquilidad de Santos Cerdán durante todo el plenario o que fuese el número 3 del partido quien, tras la intervención de Puente, se encargase de romper abruptamente el Comité para pedir a sus integrantes que saliesen a "abrazar" a los manifestantes congregados fuera.
El PSOE, en estado de amargura
En las principales federaciones guardan silencio ante el último giro de guion de Sánchez, decidiendo quedarse y abriendo ahora la puerta a volver a presentarse, aunque algunos dejan entrever que no acaban de entender muy bien la estrategia. Incluso admiten que varios militantes, que acudieron a Ferraz en los 100 autobuses, han llamado para preguntar ahora por qué se les llevó.
En Ferraz, tratan de defenderse de las críticas y aseguran que ellos no conocían la decisión del Presidente. "No le deseo a nadie estos días", sentencian fuentes próximas a la dirección que niegan que todo fuese una estrategia premeditada y reiteran que el presidente "no habló con nadie". Lo mismo prometen en los entornos de los ministerios y ponen como ejemplo las caras de Pilar Alegría, Óscar Puente o Félix Bolaños durante el sábado. "No se pueden fingir", añaden. En la dirección del partido también dejan claro que Cerdan salió de Ferraz rumbo a Moncloa el lunes a las 10 de la mañana sin tener claro qué iba a decirles.
Silencio y a por otra cosa.
La mayoría de socialistas evita hacer comentarios sobre lo acontecido tras el discurso del presidente. Ni siquiera replican el argumentario interno. Silencio también entre los sectores a Sánchez que han visto como, en sólo cinco días, pasó de amagar con dimitir a anunciar que se presentará a la reelección y que piensa agotar la legislatura, si le dejan sus socio. Nadie quiere hablar de lo sucedido y la mayoría pide pasar página y centrarse ya en las elecciones catalanas en las que el PSC se juega volver al Gobierno de Cataluña.

