
El "comodín Ayuso" es una carta que Ferraz y Moncloa sacan a colación en cualquier momento cuando se sienten acorralados. Da igual la pregunta, todo acaba en la presidenta madrileña. Si le preguntan al Gobierno si está dispuesto a conceder un concierto económico a Cataluña, Pilar Alegría responde acusando a la Comunidad de Madrid de una "actitud irresponsable" por "suprimir los impuestos a los ricos".
Incluso aseguraba que, con los 1.400 millones, de ahorro fiscal por bonificar sucesiones "se podrían poner en marcha 700 escuelas infantiles nuevas, 250 colegios nuevos y 20 hospitales en esta comunidad". En cambio, no había ni rastro en su respuesta de los recortes financieros que supondría a las comunidades autónomas un cupo catalán.
Si la cuestión versa sobre el Fiscal General del Estado, Alegría responde con el "comodín Ayuso", obviando que Álvaro García Ortiz está al borde de la imputación por revelación de secretos de la pareja de la presidenta madrileña. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, justificaba su comportamiento porque "sólo ha querido desmontar un bulo" .
Alegría en otro momento en el que se quejaba "de las sombras" que se ponen sobre el jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, al que acusaba de "montar un bulo y filtrar los datos personales". Lo cierto es que, las últimas investigaciones, sitúan a García Ortiz como la persona que ordenó a la Fiscalía Provincial difundir la conversación entre el fiscal y el abogado de González Amador.
La ministra sembraba las dudas sobre los magistrados que instruyen los casos que afectan a los familiares de Pedro Sánchez porque "a través de unas redes sociales", Miguel Ángel Rodríguez "se jacta" y nos "traslada decisiones que días posteriores trasladan los jueces."
Ferraz se suma al linchamiento
La estrategia no es nueva. Este lunes, la portavoz de la Ejecutiva, Esther Peña, llamaba al director de gabinete de Ayuso, el "Luca Brasi de la presidenta contra los medios de comunicación". Una metáfora me remite al sicario que utiliza Corleone en la película de El Padrino. Menos culto era el mote que le ponían al portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Alfonso Serrano, rebautizado como "el chico para todo" de Ayuso.
Peña prometía que "tarde o temprano, Ayuso se sentará delante de la Justicia" por la muerte de 7.291 ancianos en las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia. Obviaba que la justicia ha archivado en varias ocasiones esta causa y que en toda España murieron 30.000 personas en los geriátricos.
La portavoz del PSOE aprovechaba otro momento de su intervención para pedirle a Feijóo que "ate en corto" a la presidenta madrileña y le acusaba de utilizar el ejecutivo regional como "una plataforma para intentar desgastar al Gobierno de España".


